Por: Enrique Rivera Salas
La primera institución social de Mollendo, fundada el 28 de julio de 1907, tuvo como primer presidente a Tomás Orams, miembro de la colonia inglesa. A lo largo de su historia, pasó por etapas de apogeo y dificultades, especialmente cuando debió dejar el edificio que ocupó durante 80 años en la esquina de las calles Arequipa y pasaje Huáscar, el cual fue entregado a sus propietarios herederos de la familia Flanagan.
El Club Social Mollendo fue construido en 1937 y desempeñó un papel fundamental en la vida social y cultural de la ciudad. Su último presidente, Carlos Doig García, hizo todo lo posible para preservar la institución dentro del marco legal vigente.
A lo largo de su trayectoria, el Club Social Mollendo se destacó por su labor en favor de la comunidad. Durante su existencia, fue la única institución que brindó atención a los cruceros de verano que tradicionalmente llegan a Mollendo, en representación de la Marina de Guerra del Perú. Además, tuvo un papel clave en la organización de los tradicionales carnavales de Mollendo.
Uno de los acontecimientos más recordados fue la visita del Dr. Manuel Prado y Ugarteche en 1940, cuando asumió la Presidencia de la República. En su honor, el club ofreció una champañada y lo declaró huésped de honor.
En diversas oportunidades, el Club Social Mollendo recibió a distinguidos visitantes, entre ellos ministros de Estado, enviados extraordinarios de distintos países, así como altos jefes militares, navales, de aviación y policía, tanto del Perú como de otras naciones americanas y europeas.
El edificio donde funcionaba el club era de dos pisos y contó con el apoyo de la colonia inglesa. Sus instalaciones estaban perfectamente equipadas para la distracción de sus socios, con diversas secciones y espacios recreativos. Entre sus principales ambientes destacaban una biblioteca en el segundo piso, una administración bien organizada, un hermoso piano traído del extranjero y un amplio hall con un salón especial para juegos de casino y cubilete. La cantina estaba atendida por personal especializado y el salón de recepción contaba con un elegante cortinaje.
Finalmente, en 1957, con motivo de sus Bodas de Oro institucionales, se realizó el último acto social de esta emblemática institución, que dejó un legado invaluable en la comunidad mollendina. A pesar de su desaparición, su historia y aportes no deben caer en el olvido, pues fueron parte esencial del desarrollo social y cultural de Mollendo, incluso muchos de sus pobladores recién sabrán de su existencia.