- Clasificados -

Labor congresal y desaforo del aprismo

Por: Edgard Norberto «Beto» Lajo Paredes    

El fracaso del gobierno de Augusto B. Leguía, con su lema: “Por la Patria Nueva” y de su Constitución de 1920, la primera del siglo XX, significó una frustración más y la continuación de la accidentada edificación política del Perú, del siglo XIX en el siglo XX. También, el fracaso de la República Aristocrática, de las clases criollas y de la oligarquía latifundista del azúcar y del algodón, quienes implantaron un Estado que hizo “más ricos a los ricos y más pobres a los pobres” en base al “cholo barato”, así lo denunció Manuel Seoane.

INTENSA ACTIVIDAD LEGISLATIVA

El APRA inició la modernización política y representando al campesinado, proletariado y clases medias, productoras de riqueza explotadas por el latifundismo e imperialismo; su Plan Máximo: Antimperialismo, Integracionismo, Nacionalismo Continental, Inter americanismo del Canal de Panamá y Solidaridad Internacional; y su Plan de Acción Inmediata. Elaboró proyectos de ley.

Luis Alberto Sánchez, escribe: “La actividad legislativa del Congreso Constituyente de 1931-32 fue intensa…, la Célula Parlamentaria Aprista (CPA) presentó un proyecto de ley para realizar elecciones municipales…, propuso revisar los contratos gubernamentales lesivos al interés nacional… Los maestros estaban sometidos a una implacable purga de tipo ‘ideológico’ (sic). Los obreros sufrían por el creciente cierre de industrias, consecuencia de la crisis. Los cinco congresales obreros de la CPA (Arévalo, Sierra, Vallejo, Ávila, Sabroso) presentaron un proyecto de ley para detener la cesantía forzosa… propuso una ley que prohibía el alza de arriendos, a la vez que establecía una tasa racional, según el costo y los impuestos… abogó por un trato más humano para el cautivo ex Presidente Leguía; porque se imprimiesen por cuenta del Estado las obras completas de José Carlos Mariátegui, de D. Manuel González Prada, del doctor Hermilio Valdizán; por el alza de sueldos a los maestros, etc… que se declarasen en moratoria los pagos de la deuda externa, en tanto que se examinaba la legitimidad y cuantía real de los empréstitos y obligaciones contraídas por los regímenes precedentes” (Haya de la Torre y el APRA, Tercera Edición 1985,  pág. 244-245).

TEMAS DEL DEBATE CONSTITUCIONAL

De la CPA: definir al Perú: “República de trabajadores democrática y descentralizada”; la soberanía residía en el pueblo “organizado funcionalmente”; reconocer el “derecho inalienable del pueblo de alterar y modificar la forma de gobierno”; derecho de voto “desde los 18 años, a la mujer que trabaja, a las fuerzas armadas y para los analfabetos; Congreso Económico Nacional”. (Historia del APRA, Percy Murillo, Segunda Edición 1976, págs. 138-140).

Un debate con brillo se dio entre Seoane y Víctor Andrés Belaúnde (conservador) sobre la “democracia cuantitativa” y la “democracia funcional”; éste consideraba la cuantitativa superior a la funcional, Seoane, explicó: “la democracia cuantitativa se apoyaba en el individuo tomándolo como cifra y que la acción de las clases trabajadoras se veía constreñida por el poder del dinero; que la democracia no había fracasado sino el sistema representativo utilizado por la mayor parte de democracias que no consagran el derecho a la libertad económica del individuo; que el Aprismo propugnaba el sistema de representación funcional de manera integral para proteger a las clases explotadas; envuelve una modificación en toda la arquitectura del Estado.

El proyecto Belaúnde-Roca sobre el Senado Funcional, excluía a los empleados públicos, colocaba en absoluta minoría a los representantes de la clase trabajadora (5 sobre un total de 45 miembros), y excluía a importantes sectores del capital (importadores, propietarios de camiones, representantes de la banca nacional, etc.); el Aprismo se pronunció por el congreso unicameral, “por representar un gasto menor al pueblo” (141); elección directa del Presidente y derecho del parlamento a interpelar ministros. (145).

REPRESIÓN Y MUTILACIÓN DEL CONGRESO CONSTITUYENTE

Desde el 12 de febrero de 1932 apresaron a congresistas apristas: “Arturo Sabroso, Manuel Arévalo”; Pedro Muñiz y Luis Heysen se defendieron con sus armas; el 17 “Las galerías (Congreso) se habían colmado de tropas”. A las dos de la madrugada del 18 de febrero fueron detenidos “12 representantes apristas y el descentralista Víctor Colina”. Ese día se reunió el Congreso con el Gabinete en pleno “los representantes apristas Pedro Muñiz, Alcides Spelucín y Morey Peña” denunciaron los atropellos, siendo detenidos y juntos con los anteriores, fueron desterrados. (Víctor Raúl El hombre del siglo XX, tomo I, pág. 149 – 151). El Congreso Constituyente quedó sin la CPA, el gobierno de Luis M. Sánchez Cerro quedó sin oposición. Esto no fue democracia; fue tiranía.

Análisis & Opinión

ANÁLISIS Y OPINIÓN