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Pedro Castillo, ¿17 meses sin rumbo?

Fueron 17 meses de gobierno donde se instaló la duda, la mediocridad y la falta de coherencia, con un anuncio permanente de lograr el referéndum, para aspirar a la asamblea constituyente…

POR: ENRIQUE LAZO FLORES

Este remedo de golpe de estado, promovido solo por un solitario presidente de la república, que parecía haber salido de una noche de juerga a leer un trasnochado discurso que no sabemos de dónde vino, ha puesto en evidencia de lo mal que anduvimos estos 17 meses de gobierno, donde nunca halló la ruta adecuada, ni tuvo un norte como gobierno.

Hasta este momento el pueblo no se explica cómo pudo suceder este episodio, que ha puesto al Perú entre los titulares de la prensa internacional, haciéndonos ver que tan profundo es nuestra ignorancia electoral, al momento de elegir a un mandatario que no tuvo jamás un plan de gobierno, menos una ruta por donde llevar al país, hacia los objetivos que asumió en plena campaña electoral, al extremo de engañar al pueblo que sería un gobierno donde nunca más el pobre sería pobre, en un país rico.

La pugna del legislativo y el ejecutivo fue más allá de lo que sería un normal debate de ideas trasladándose al terreno de ataques y denuncias de ambos bandos, donde se ha demostrado que más pudo los intereses personales y grupales, que los intereses de todo un país que no acaba de salir de una crisis sanitaria, abrumado por otra crisis laboral y profundizado por la crisis política que no mide las consecuencias de la falta de trabajo, donde su principal tabla de salvación ha sido y sigue siendo la presencia de la empresa privada, en este caso, la minería responsable.

Muchas veces lo hemos señalado que el país, desde antes de la llegada de la pandemia y la crisis política que se venía con las elecciones presidenciales, debió fortalecer al sector minero, sin embargo, soslayó los conflictos mineros, en diversas unidades operativas que generaban los recursos económicos que permitieron enfrentar la crisis laboral y sanitaria, demostrando su total abandono, a pesar que era el sector que mayor aporte económico, le dio al país, en momentos difíciles.

Hoy, cual boomerang, los efectos de ese abandono parece regresar al rostro de este gobierno que feneció con un auto golpe, dando fin a un gobierno que no tenía un norte, menos un plan de gobierno, quizás con un programa que se fue armando en el camino, dando pie a ser émulo del modelo chavista que no funcionó, menos un modelo neoliberal disfrazado de ser un gobierno del pueblo para el pueblo, que tampoco funcionó, más bien, fue un gobierno, mediocre y mutilado de ideas, de programas sociales que pudieran atender a los sectores más necesitados.

Fueron 17 meses de gobierno donde se instaló la duda, la mediocridad y la falta de coherencia, con un anuncio permanente de lograr el referéndum, para aspirar a la asamblea constituyente, la nacionalización de los recursos naturales, utilizando un discurso nacido en los “pueblos olvidados del Perú profundo”, insistiendo en derogar la Constitución Política del año 1993, una constitución que permite y garantiza que el país tenga una economía de mercado, basada en la inversión privada y la libre competencia de precios en el mercado.

A pocos días del fracasado golpe de Estado, por el ex presidente Pedro Castillo, está dando muestras que eran un gobierno débil y sin ideas  a punto de colapsar por falta de un gabinete que pondría los intereses del país en agenda principal, lo que no sucedió, y como respuesta estamos viendo que está fortaleciendo la Constitución vigente y las instituciones tutelares, con lo que se espera que el modelo económico que nos rige se vigorice, teniendo en cuenta que la minería que nos coloca como segundo país de mayor producción del cobre en el mundo, sea el soporte de nuestra economía en momentos difíciles que se avecina.

Las intentonas de cambiar la constituyente y los anuncios de nacionalizar nuestros recursos naturales, fueron las herramientas que Pedro Castillo  utilizó para generar un freno a la  economía, y como resultado vemos que no hay nuevas inversiones en minería, se alejaron o se detuvieron las  agroexportaciones, la preocupante  paralización a sectores más importantes como la generación de puestos de trabajo en el sector de la construcción, hizo caer el crecimiento y se traduce en la generación de más pobreza.

Estos arrebatos trasnochados de Pedro Castillo, nos llevó a un escenario donde el pueblo fue el espectador de una derrota no solo de mando presidencial, sino, de programas que abrigaban proyectos de ir a una constituyente, ciertamente en estos momentos los grupos radicales “pro castillo”,  aún persisten en irse a favor de esa constituyente que parece no prosperar, por lo pronto, hasta hoy se percibe que estamos lejos de que sea una realidad, la cual sería uno de los errores más graves de nuestra historia.

Los días van pasando, ya no hay sitio para más escenas de victimización, esa estrategia ya no le da resultados, más bien se debe dar el equilibrio estratégico con el Congreso de la República en el plano político mientras, que por el otro lado el Ministerio Público haga su trabajo con los “destapes” de corrupción de esta gestión que al parecer va culminar temprano por las contundentes denuncias de la Fiscalía de la Nación.

Se anuncian movilizaciones a nivel nacional en defensa de Pedro Castillo, es propio de reacciones de la población, es la respuesta al discurso de justificación del golpe de Estado, y también es, al llamado a los ronderos, a las organizaciones gremiales y a la población a cerrar filas a su favor, hay sectores que se resisten a salir a las calles, muestras su descontento y se amenaza alterar la tranquilidad de la población, es hora de mantener la calma y de ver de cerca el desenvolvimiento de la primera mujer presidenta del Perú, que tiene un reto difícil, de demostrar que una mujer si puede conducir los destinos de un país, y si es en momentos de conflicto social, mejor, ver de qué madera está hecha Dina Boluarte, pero el país no debe parar.

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