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La ceguera de Otárola

La población se siente traicionada por el gobierno de Dina y está en las calles, no solo para dar a conocer su desacuerdo de cómo está gobernando, sino, para reclamar más puestos de trabajo y mejoras en la calidad de vida y eso, es atender las necesidades que su Gobierno no puede atender, sino puede, pues el pueblo está en su derecho de pedir el cambio de gobierno, no queda otra.

POR: ENRIQUE LAZO FLORES   

El Poder Ejecutivo que tiene a un presidente del Concejo de Ministros que es duramente cuestionado por las decisiones de gobierno, con más del 90 por ciento de rechazo de la población y, apoyado por un Congreso que también tiene más del 80 por ciento de rechazo, no puede anunciar mejoras en la economía del país, menos en tratar de enfrentar a la delincuencia y la corrupción institucionalizada, males endémicos enquistados en los más altos poderes del estado.

Mientras que por un lado, la presidente del gobierno Dina Boluarte trata nuevamente de “vender humo” en el exterior, en el Congreso se “debaten” proyectos de ley que sirven solamente para protegerse entre ellos y blindar  a los corruptos de manera escandalosa,  dejan de lado el trabajo que deben desarrollar en beneficio de la población que los eligió para ponerlos donde están, sin embargo, en estos tiempos que transcurrieron solo han demostrado ignorancia, falto de vergüenza, conchudez y desprecio por esa población que pide proyectos de ley para mejorar la calidad de la educación, de salud, de trabajo, de dar pase a los proyectos que deben mejorar la  economía del país, pero no, sus preocupaciones son, cómo se libran de sus denuncias que pesan sobre más de 80 congresistas.

Hace días atrás hemos asistido a la Convención Minera Perumin 36, uno de los grandes espacios donde se hace conocer los últimos adelantos en tecnología aplicados a la minería en el mundo, fue precisamente en este escenario donde el Perú se puso en los ojos  del mundo, haciendo conocer los beneficios que la minería lleva, no solo a la mejora de la economía del país, sino, cómo mejora la calidad de la educación , con la creación de más fuentes de trabajo, haciendo ver que los mecanismos de Obras por Impuestos,  ayuda a mejorar la infraestructura sobre todo atendiendo en el sector salud, procurando salvar vidas, precisamente donde el estado está casi siempre ausente.

Estos beneficios que genera la minera en el Perú, fue el tema principal en la exposición del ministro de Energía y Minas, Oscar Vera Gargurevich, quien destacó la importancia del proyecto Tía María, sosteniendo que, este proyecto representa una inversión de 1400 millones de dólares, además la creación de cientos de puestos de trabajo, que va a generar el desarrollo de la región y la mejora en la calidad de vida de los pobladores. Ciertamente el proyecto Tía María es uno de los más importantes para el país, y solo está a la espera que algunas comunidades que aún no comprenden la necesidad de progresar, se pongan de acuerdo ya que se ha demostrado que este proyecto va permitir el desarrollo de la región, atendiendo las necesidades más urgentes de la población, en sectores donde el estado brilla por su ausencia, como es la capacitación del sector agrícola, mejoramiento de la infraestructura de la educación, de salud y que la población mejore su calidad de vida con la inversión minera. Al respecto el mismo ministro de Energía y Minas señaló que, “el Perú necesita trabajo y desarrollo”.

OTÁROLA EN OTRA DIMENSIÓN

Las expresiones que diera el ministro Oscar Vera en el marco de la convención minera causaron expectativa entre los empresarios mineros de todo el mundo que participaban de esta convención, al extremo de escucharse expresiones halagadoras, sin embargo, para sorpresa de todos, al día siguiente de esta exposición del ministro Vera Gargurevich, expuso el presidente de la PCM, Alberto Otárola, contradiciendo al titular de Energía y Minas, con todo el desparpajo que le caracteriza, señalando que «Tía María no está en la agenda del Gobierno».

Fue el momento de mayor vergüenza que Otárola pudo haber generado a su ministro entre los asistentes, pues con esas expresiones se trajo abajo las declaraciones que un día antes dio el titular de Energía y Minas, Óscar Vera Gargurevich, quien había destacado con énfasis, la importancia del proyecto más ambicioso en la región Arequipa.

Esta actitud anti minera de Otárola le generó serios cuestionamientos ya que no solo despreció y menospreció la importancia de este proyecto, sino que soslayó que Southern tiene en cartera no solo este proyecto que representa una inversión de 1 400 millones de dólares más la generación de cientos de puestos de trabajo, sino, que también dio a entender que no le interesa otros proyectos que también están a la espera de entrar en actividad, justo en momentos en que la economía del país está entrando en una etapa de crisis sin retorno, por lo menos en los próximos 4 años y desmerece los beneficios que solamente la minería será quien salve de esa crisis al país, como siempre lo hizo.

Ante estos deslices de Otárola, todo parece indicar que este gobierno no está con intenciones de mejorar las condiciones para atraer las inversiones sobre todo mineras, que son las que generan mayores dividendos al país, sino, que tiene una actitud de estar más en sintonía con los antimineros que tanto daño hicieron al país, para no perder su credibilidad, ya que Dina Boluarte se comprometió con documento firmado a no tocar el tema de Tía María si llegaba al poder, pero se olvida que en este momento, quien le está sosteniendo la economía del país es precisamente la minería.

Precisamente la población que se siente traicionado por el gobierno de Dina está en las calles, no solo para dar a conocer su desacuerdo de cómo está gobernando, sino, para reclamar más puestos de trabajo y mejoras en la calidad de vida y eso, es atender las necesidades que su Gobierno no puede atender, sino puede, pues el pueblo está en su derecho de pedir el cambio de gobierno, no queda otra.

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