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¿Vacancia en cuenta regresiva? 

POR: JULIO FAILOC RIVAS   

Más allá de que el Congreso le haya otorgado la confianza al gabinete Torres, las intentonas de vacancia seguirán hasta que caiga el presidente Castillo. Y es que la cuestión de confianza y la vacancia caminan en la misma dirección, pero en sentido contrario. Sí, contrario a la línea de confort y a los intereses de los congresistas.

Mientras que la cuestión de confianza requiere de gastar una bala de plata, la vacancia de Pedro Castillo, según sus detractores más fachos, exige una bala de plomo. Sin embargo, como lo hemos venidos sosteniendo, el asunto de la vacancia y la negación de la confianza –por más mediocre que sea el gabinete–, obedece más al miedo de los congresistas a perder su curul.

Sin embargo, la suma de Bruno Pacheco a ser aspirante a colaborador eficaz, junto a las declaraciones de Karelim López –que comprometen seriamente al presidente Castillo– hacen que la vacancia presidencial empiece a tomar una fuerza inusitada. Pedro Castillo necesita más que las renuncias de sus ministros más cuestionados y que de un apoyo de las bancadas basadas en cuotas de poder para salvarlo de la vacancia. Pero el asunto no es tan fácil cuando hay intereses en juego de parte de los padrastros de la patria.

Empero, el asunto de la vacancia no solo depende de los 87 votos, sino también de que Dina Baluarte esté dispuesta a suceder a Pedro Castillo, una vez que éste sea destituido. De esta manera será más fácil conseguir los votos necesarios para la vacancia, porque los congresistas no comprometerán su curul parlamentaria que es lo que más les preocupa.

Lo anterior será posible solo si Bruno Pacheco compromete directamente al presidente que corrobore lo declarado inicialmente Karelim López. Conociendo el modus operandi de la candidata a colaboradora eficaz, Karelim López, lo más probable es que existan audios que hagan posible la vacancia o la renuncia del presidente Castillo. Si ello ocurre no cabe duda que tenemos vacancia en ciernes, cuya cuenta regresiva y desenlace estará en manos del Congreso de la República. ¿Se atreverán a vacar al presidente o primará el miedo a perder su curul parlamentaria?

El temor de que se mueva las calles a favor de Castillo es inexistente de manera que el Congreso le teme más a la consigna que se vayan todos, tal como lo muestran todas las encuestas. Si bien en el sur el desgaste es menor, no deja de llamar la atención el apoyo cerrado al desgobierno de Castillo. Hace siete meses, en el sur Castillo ganó las elecciones con el 57.6%, y ahora el 45% aprueba su gestión, es decir 12.6% de la población ya no respalda su gobierno.

No obstante, la tendencia de deterioro del gobierno se acelerará conforme los destapes de corrupción comprometan al presidente y junto con ello, las posibilidades de vacancia o renuncia y la asunción del mando de Dina Baluarte, dando por culminado un ciclo más de la crisis política.

La asunción de mando de Dina Baluarte podría traer consigo una nueva correlación política al interior del Congreso, sobre la base de un gabinete de ancha base en donde Perú Libre disminuiría su presencia en el gobierno por las conocidas tensiones de la nueva presidenta de la República con Vladimir Cerrón. Este escenario es el mejor que se le podría ofrecer al país.

Finalmente, el desencanto del gobierno de Castillo tendría algunos efectos inmediatos en el sur y centro del Perú. El más golpeado seria Perú Libre, cuya manifestación más clara sería una derrota inminente en las próximas elecciones regionales y municipales. Van las apuestas: doble contra nada que así será.

¿Lo sabrán Cerrón y compañía?

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