Sobre minería: comparaciones odiosas (I)

Cuando la estafa es enorme, toma un nombre decente - Thomas Hobbes

POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ  

Cada cierto tiempo, generalmente cuando se acerca un proceso electoral, ciertos temas se ponen, –podríamos decirlo así–, de moda, siendo motivo de comentarios altisonantes por parte de muchos de los aspirantes a un puesto público, los cuales no vacilan un segundo en prometer el oro y el moro enunciando propuestas y rutas absurdas, ayudados por la desinformación, ignorancia, intereses subalternos o el denominado “pensamiento único” que ha conseguido por una parte elevar casi a la categoría de dogma la economía y recetas ultra neoliberales en el marco de la “mano invisible del mercado” y la empresa privada, en tanto que otros tantos rechazan dichas “recetas”, proponiendo, –también dogmáticamente–todo lo contrario.

Y si bien no se puede negar que el modelo actual basado sobre todo en la explotación minera ha tenido cierto éxito económico, tampoco se puede ocultar que el mismo tiene serias deficiencias y que además ha sido “construido” imitando en gran parte a nuestro vecino sureño, país con el cual querámoslo o no, generalmente nos estamos comparando y al cual imitamos o sufrimos en muchos casos a tal punto que anteriormente he escrito, intentando dar respuesta a la interrogante vargasllosiana que Zavalita se planteara hace casi medio siglo en “Conversación en La Catedral” en cuanto en qué momento se jodió el Perú, que comenzamos o nos seguimos jodiendo después de la guerra con Chile, que acabó o debilitó tanto a la incipiente burguesía peruana que la misma no encontró mejor forma de subsistir que hipotecándose primero a los intereses ingleses y posteriormente a los norteamericanos en tanto que en Chile, su burguesía se fortaleció, tomó plena conciencia de las posibilidades y limitaciones de su país y salvo algunos conflictos de intereses y breves interrupciones, han sabido y saben ponerse de acuerdo, superando los conflictos locales o regionales en pro de objetivos nacionales…y si conviene a su interés patrio, todos hacen lugar o fuerza común por el lugar o idea que por sus condiciones puede alcanzar mayor grado de desarrollo “por la razón o la fuerza” resistiendo incluso Pinochet las presiones para privatizar CODELCO.

Mientras que en el Perú se siguió a pie y juntillas las recetas propuestas por el Consenso de Washington y del G7, que impulsaba privatizar y promover el rol del mercado y reducir el rol del estado logrando que en marzo de 1994 se privatizará la mina de cobre Cerro Verde por la cual Cyprus Amax Minerals ofertó y pagó US. $ 35’400,000.00 por el 82,5 % de las acciones del yacimiento, comprometiéndose además a invertir en el desarrollo del complejo minero US. $ 445’900,000.00 (El resto de las acciones restantes fueron vendidas al grupo Benavides (10%) y a los trabajadores). Pues bien, en ese mismo año y en menos de dos meses, la citada empresa suscribió un contrato con la empresa minera estatal chilena CODELCO, para explotar la mina de cobre El Abra en el sur de Chile.

Dicho yacimiento, si bien es cierto tiene mejor ley que Cerro Verde, tiene menores reservas. ¿Cuánto pagó Cyprus? US $ 341’000,000.00 por el 51% de la propiedad minera. El 49 % restante sigue siendo hasta hoy propiedad de CODELCO, empresa estatal que nace con Allende y que Pinochet respetó. (Continuará).

Artículo anterior
Artículo siguiente

Lo Último

ANÁLISIS Y OPINIÓN