Por: Enrique Rivera Salas
La familia viene a ser la célula básica de la sociedad, dependiendo de ella la calidad de habitantes de una nación, tanto en el campo físico, como en lo espiritual.
El segundo domingo de setiembre celebramos el Día Mundial de la Familia; ocasión para meditar y valorar la constitución familiar y nuestras obligaciones con ella. Fecha que ha sido fijada por Decreto Ley N° 23466-82.
Del origen del matrimonio viene como resultado la familia, tener hijos y esforzarse para vivir mejor. En esta constitución de padres e hijos es donde los progenitores dirigen la familia y velan por el bienestar del hogar, imponiendo la autoridad a la cual deben sujetarse los miembros menores.
La familia tiene como función proteger material y espiritualmente a todos sus miembros, así como satisfacer necesidades de alojamiento, alimentación, vestidos, salud, etc.
A los mayores les compete dar buenos ejemplos de trabajo, honradez, educación y amor entre sus miembros, siendo este el tesoro más preciado que ofrece la familia. Los integrantes deben mantener las buenas relaciones dentro y fuera del hogar, ya que esto es importante para el progreso y felicidad de la familia, desarrollando entre sus miembros, la armonía, el cariño, colaboración reciproca, acrecentando los lazos de unión y sacrificio para el desarrollo familiar.
En resumen, la familia debe enseñar y divulgar los valores éticos, morales y espirituales a sus hijos principalmente.
Claro está que nadie conoce la definición de los valores morales como amistad, amor, comprensión, confianza, disciplina, honestidad, justicia, libertad, madurez, puntualidad, respeto, responsabilidad, entre otros.
Cabe señalar que a nivel nacional y por qué no decirlo, a nivel de nuestra provincia, en los últimos años ante el reglamento de la sociedad y el quiebre de valores morales, se han observado que muchos hogares han sufrido ciertos resquebrajamientos en su constitución y lo peor del caso ni los gobiernos se han preocupado en que las leyes se cumplan en favor de la comunidad en general.
Tenemos que tener más educación, salud y más trabajo para todos los peruanos, pero la corrupción nos liquida y no nos deja avanzar y los que sufren son las familias menos favorecidas.