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¿Sabía usted que el malecón Ratti cumple 100 años de construcción en 2019?

Uno de los atractivos turísticos con los que cuenta Mollendo y que es muy transitado en verano es el malecón Ratti. Está ubicado como punto de paso de la población hacia el circuito de playas y muelle turístico. A través de los años este patrimonio cultural, ha sido testigo de diversos sucesos que llamaron la atención de la comunidad, no solo local, si no también regional.

En principio este lugar era conocido como el parque de los ingleses, por la gran cantidad de extranjeros que frecuentaban el lugar. Su construcción fue impulsada por el alcalde de ese tiempo, Augusto Ratti Nava, tomando luego su nombre.

CUMPLE 100 AÑOS

No obstante, con todo lo que pudo haber pasado en este tiempo, es importante conocer que el malecón Ratti está a punto de conmemorar 100 años de construcción. Fue el 19 de marzo de 1919 en donde se impulsa este espacio para la conversa y para una vista al mar, frente al hotel Ferrocarril, en los inicios de la vida de auge de Mollendo como puerto.

AUTORIDADES, HAGAN ALGO

Por ello es necesario que las autoridades locales se pronuncien al respecto y establezcan las acciones y atenciones que merece este patrimonio de la ciudad ante la conmemoración de una fecha tan importante como los 100 años de su construcción.

DESCUIDADO

En los últimos años este espacio no ha sido bien tratado, los últimos gobiernos locales solo lo han limpiado, pintado y adornado muy superficialmente, incluso sin tomar mucho cuidado sobre sus bases, las cuales representan un riesgo para los visitantes, sobre todo las que están orientadas para el lado de la Estación Cultural. Sobre ello, no se ha hecho nada.

LA HISTORIA DEL COMANDANTE SALAZAR

En ese contexto es significativo recordar que el malecón Ratti fue testigo de un espeluznante hecho a mediados de 1926, cuando la población y sobretodo los trabajadores del ferrocarril que pasaban la nombrada en el malecón, se enteraron que había llegado a hospedarse en el hotel Ferrocarril frente al malecón, seguramente con fines escapistas, un comandante del Ejército llamado Abel Salazar.

Había llegado de Arequipa huyendo de la justicia tras haber mandado a matar a varias personas en esa ciudad y cometer otras fechorías. De este modo aprovecharía el zarpe de algún buque que lo llevase a otro lugar.

Cuenta la historia, de fuentes confiables, que un empleado de maletas, llamado José Ochoa Jiménez logró percatarse de la identidad del comandante.

El muchacho corrió la voz ante los estibadores que estaban en la nombrada en el malecón y fueron a hacerle frente al perseguido militar.

El comandante al verse descubierto, sacó sui arma, disparó y mató al empleado de maletas. Esto exacerbó los ánimos de la gente abalanzándose sobre él, reduciéndolo y masacrándolo.

En ese estado es trasladado a rastras por el malecón Ratti rumbo al muelle del ferrocarril. Allí, malherido y pidiendo clemencia por su vida, la turba le ata un listón de riel al pie y lo fondean en el mar, muriendo.

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