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¿Quién le pone el cascabel al gato?

“Oro y esclavos. El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo” – Simón Bolívar

POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ     

La situación actual en el Perú nos recuerda constantemente que la crisis siempre ha estado presente, solo que en ocasiones se hace más evidente, impactándonos de manera violenta y desgarradora. Las palabras de Basadre sobre los enemigos de la promesa de vida peruana nos hacen reflexionar sobre sus tres grandes enemigos, a los cuales fácilmente podemos reconocer: “los podridos, los congelados y los incendiados. Los podridos han prostituido palabras, conceptos, hechos e instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y de sus apasionamientos. Los congelados se han encerrado dentro de ellos mismos, no miran sino a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes, considerando que nada más existe. Los incendiados se queman sin iluminar, se agitan sin construir. Los podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país sea una charca, los congelados lo ven como un páramo; y los incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos para que surja una gigantesca fogata. Toda clave del futuro está allí: que el Perú escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una gigantesca fogata. Que el Perú no se pierda por la obra o la inacción de los peruanos.”

Es necesario recordar también las palabras de figuras como Piérola y Manuel Prado, que describen de manera cruda la realidad de un país como en el decir de Piérola: “El Perú es una comarca llena de desconcertada gente”, o a Manuel Prado expresando: “el Perú tiene dos clases de problemas: los que se arreglan solos y los que no se arreglan nunca”

Sin embargo, no podemos quedarnos paralizados por la crisis, sino que debemos buscar soluciones y enfrentar los desafíos que se nos presentan. Es fundamental construir una sociedad más equitativa y justa, que permita un desarrollo económico sostenible y un reparto más equitativo de la riqueza. La educación de los electores es clave para evitar caer en mesianismos políticos y en la adoración de líderes que no corresponden a la realidad.

En este contexto, la conducta de la actual presidenta deja mucho que desear, generando decepción y desconfianza en la población. Aunque desde un punto de vista moral su vacancia parecería inevitable, la carencia de líderes, equipos y partidos políticos nos obliga a considerar las circunstancias y factores que podrían empeorar la situación si se toma una decisión apresurada. Es necesario actuar con prudencia y responsabilidad, pensando en el bienestar de la sociedad en su conjunto, para lo cual es fundamental buscar soluciones creativas y sostenibles para superar los desafíos que se nos presentan. Necesitamos construir un futuro mejor para el Perú, basado en la justicia, la equidad y el respeto mutuo. Solo así podremos salir fortalecidos de esta crisis y construir un país más próspero y justo para todos.

Recordando que el éxito del manejo económico no reside en reportar alegremente a un pueblo hambriento, cifras bonitas con bajos niveles de inflación, aumento paulatino de exportaciones y tasas de cambio monetario estables, en tanto hay un mercado interno deprimido que obliga a que la empresa privada reduzca sus inversiones poniendo en acción un ciclo peligroso: menores inversiones, menos empleos, menor consumo y con eso, menores razones para invertir.

Pero es nuestra época y nuestro desafío.

Intentemos por ello, “ponerle el “cascabel al gato” para construir una sociedad mejor organizada que permita tener mejores resultados económicos con un reparto más equitativo de la riqueza, al margen de los cantos de sirena de muchos “personajes” de nuestra política local y nacional, los cuales, por ignorancia, o interés creen u ocultan que el único modo de alcanzar el desarrollo es con esfuerzo, ahorro y disciplina social.  Tratemos, como quería Adam Smith de crear las condiciones para que surjan miles de pequeños empresarios, para crear más riqueza y trabajo.

Y para ello es necesario fundamentalmente educar a los electores.

Hacerles entender que “el salvador” que las grandes mayorías esperan deviene del mesianismo bíblico, que lo proyectan a la política, entusiasmándose cada cierto tiempo por determinados a los cuales atribuyen méritos y facultades intelectuales que casi siempre no corresponden a la realidad, a tal punto que si revisamos las páginas de nuestra historia no podemos dejar de decepcionarnos.

Y en estos días más aun, dado que la conducta de la actual y aun presidenta deja mucho que desear, a tal punto que podríamos decir, utilizando el nombre de dos series de ciencia ficción populares en la década de los 70 que hemos dado un paso al más allá y hemos entrado a una dimensión desconocida, dado que desde un punto de vista moral Dina Baluarte debería ser vacada, pero si consideramos la realpolitik, basada principalmente en consideraciones de circunstancias y factores dados, en lugar de nociones ideológicas explícitas o premisas éticas y morales, tenemos que cerrar los ojos y alargar al máximo la permanencia de doña Dina y sus relojes, porque el remedio podría ser peor que la enfermedad.

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