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¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?

Nuestro propósito a corto y mediano plazo es ser feliz constantemente. Olvidamos que en este mundo existe el bien y el mal, la salud y la enfermedad.

POR: YESSICA RODRÍGUEZ TORRES    

En este tiempo de pandemia, en el que nos está tocando la peor parte o el más álgido momento, vemos que las “otras enfermedades”, las que nos acompañaron siempre, avanzan a paso galopante.

El hecho de que Covid-19 este firme y más versátil en este 2021 no las amilana en nada, y ellas, siguen cobrando nuevas víctimas, apropiándose de su salud, enlutando a más familias, trayendo dolor y un ambiente de tristeza a diario.

No hablaremos del sistema de salud, solo es una reflexión.

Se dice que las situaciones adversas, malas, que nos suceden, no tienen ningún propósito, simplemente suceden de forma aleatoria, porque tienen que suceder.

Escuché decir, que el universo infinito, no se va a preocupar de lo que nos pase, somos tan pequeños ante él.

Sin embargo, existen otras vertientes, que sostienen unos conceptos de karma, de pagar lo que hemos hecho, de “el mundo da vueltas”, y dichos por el estilo.

Nuestra fe, afirma que podemos mover montañas con solo desearlo, pues una montaña, para el caso, es una enfermedad en su estado grave.

¿Qué hacer? Entregarnos a nuestra idea de Dios, cualquiera que sea la idea que tengamos de Él, pues si no creemos en nada, estamos en nada y solo dependeremos de lo que nuestras fuerzas puedan lograr, insuficientes, por cierto, ante un pronóstico casi mortal, si es el caso.

Fácil para la que escribe y para él que lee; difícil para él o la que lo padece.

También se dice, un día tienes todo en una mano, al instante puedes perderlo todo. ¿Por qué?

Si hemos actuado bien. Tratamos de buscar algún error en nuestros actuares y no lo hallamos.

Y ¿quién no quiere evitar el sufrimiento, vivir siempre bien?

Nuestro propósito a corto y mediano plazo es ser feliz constantemente. Olvidamos que en este mundo existe el bien y el mal, la salud y la enfermedad.

¿Cómo pretendemos entonces estar siempre bien?

Esta reflexión va para más, verla desde varios puntos de vista. Por lo pronto, solo podemos obrar bien, en conjunto con nuestro entorno familiar inmediato, y si nos toca un hecho doliente, aferrarnos a nuestra fe y seguir bregando para lograr pasar esa prueba; de ahí tener un periodo de descanso, y tal vez esperar un nuevo embate del destino.

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