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Mollendo y la Marina de Guerra del Perú (Parte 1)

POR: ENRIQUE RIVERA SALAS (PERIODISTA COLEGIADO)

Con motivo de dar a conocer los acontecimientos que se produjeron en la historia, y el pueblo de Mollendo he estado siempre tan vinculado con la Armada Nacional, ya que este puerto el año de 1893 se hizo la primera colecta pro—marina, he visto por conveniente rendir homenaje al Bicentenario de la Gloriosa Marina de Guerra del Perú a fin de que todos los peruanos conozcan loa sucesos de este importante tema.

Por eso considero la ocasión propicia para transcribir un interesante artículo publicado en la revista «Prisma» de Lima en el año de 1907:

«Las manifestaciones patrióticas y altruistas revelan el espíritu de los pueblos, sus tendencias y el concepto que del alma nacional predomina en ellos.

Siempre que ha llegado la ocasión, cada entidad social, cada colectividad, ha llenado su deber más o menos dignamente; pero no cabe dudar que de entre esas agrupaciones haya algunas que se distinguen siempre y que tienen la fortuna de ofrecer ejemplos de grandeza y de virtud republicanas.

Mollendo, el pequeño puerto del Sur, el pueblo sumiso a la ley, que finca su ventura en el trabajo, haya tenido la suerte de aprovechar siempre sus generosos sentimientos para exteriorizar la grandes de sus ideales.

A raíz de la declaratoria de guerra con que Chile nos sorprendería, desprevenidos e inermes, una parte de su escuadra llegó a Mollendo a destruir, no los elementos militares que no existían, sino las lanchas y botes destinados al tráfico mercantil. Tal acto de hostilidad indignó al vecindario en términos tales que, sin medir el alcance ni las consecuencias de su actitud, armose de algunos fusiles casi inservibles y uniéndose a la escasa guarnición que tenía el puerto, castigó la agresión disparando sus armas sobre los que tripulaban las embarcaciones menores encargadas de ejecutarla, derramando la primera sangre que tiñó las azuladas ondas del Pacífico y originando, como represalia, el bombardeo de la población indefensa.

Allí nació más tarde la idea de formar, por todos los Concejos Provinciales de la Republica un fondo para el rescate de Tacna y Arica, iniciativa que, por desgracia, no encontró eco en todas las circunscripciones nacionales.

Cuando en 1893 surgieron las dificultades graves que estuvieron a punto de causar una ruptura entre nuestro país y el Ecuador, un movimiento intenso de patriotismo se produjo en todos los ámbitos de la guerra por erogación popular, el gobierno dispuso territorio, brotó la idea de adquirir una nave de que los municipios organizasen juntas recaudadoras de los donativos y un grupo de ciudadanos liberales dio vida en esta capital a la Junta Patriótica, de que el alma el doctor don Santiago Figueredo.

Entonces el pueblo de Mollendo, con visión clara de la situación, se apresuró hacer práctico aquel propósito y a enviar su producto inmediatamente a esa Junta, dándole así carácter popular y nacional, y tuvo la fortuna de hacerlo antes que ningún pueblo y de obtener, a mérito de su actividad cívica, el recibo comprobante número uno, el primer recibo que se otorgó por ese concepto.

Más tarde, el vecindario de Mollendo continuó verificando erogaciones periódicas con el mismo objeto, y aunque es verdad que sus resultados no pueden compararse, por su entidad, con la de otros centros, como Iquique y Trujillo, creemos sí, que superan a todos, si se las considera en relación a la densidad de su población puesto que allí se llegó a alcanzar la proporción de 5/. 1.50 por habitante el 28 de julio de 1901.

Una de las instituciones más respetables y más dignas de encomio por su civismo y por su entusiasmo es la Sociedad Fraternal de Artesanos. En su seno se han realizado actos de verdadero altruismo y de patriótica resonancia. Allí nació la noble iniciativa de adquirir un buque — escuela, idea que felizmente ha tomado cuerpo y que se ha convertido en propósito verdaderamente nacional.

Continuará mañana…

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