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La violencia no descansa en Navidad

POR: TERESA PÉREZ TORRES

La violencia de género es un tema generalizado que a menudo se discute pero que no se aborda de manera adecuada. Es imperativo arrojar luz continuamente sobre este problema siempre que sea posible. En este espacio donde puedo expresar mis preocupaciones, mi objetivo es contribuir con mi voz y hacerles saber a las víctimas que no están solas. Los animo a denunciar, hablar y compartir sus historias, capacitándolos para escapar de la oscuridad que arroja el abuso. Los abusadores no tienen lugar en ninguna sociedad.

Lograr cambios requiere un esfuerzo colectivo de los gobiernos, las comunidades y los individuos. Se deben tomar medidas para modificar las actitudes dañinas, mejorar las oportunidades y los servicios para las mujeres y las niñas y cultivar relaciones sanas y de apoyo. El respeto es fundamental.

Nuestro compromiso continuo es vital para transformar la sociedad y liberarnos del tormento oculto en innumerables hogares. Reconocer las señales a tiempo es crucial, para ir más allá de la creencia social de que «si te pega, no te ama». Debemos desarrollar herramientas para la intervención temprana, que permitan a las personas escapar de la dependencia emocional y la baja autoestima antes de que sea demasiado tarde.

La violencia de género, un cáncer de larga data que afecta a las mujeres, ha experimentado avances limitados. La sociedad a menudo no comprende las razones por las que las víctimas ocultan su sufrimiento hasta que llega a un lugar cercano: una hermana, una amiga o la propia madre.

La violencia psicológica, a menudo pasada por alto, es el arma inicial que esgrimen los abusadores, erosionando la autoestima y anulando a las víctimas. No se puede subestimar la importancia de abordar esta forma sutil de violencia. Todas las mujeres son susceptibles, atrapadas por la naturaleza insidiosa del machismo, lo que dificulta reconocer las señales de advertencia.

Estadísticas alarmantes de la UNESCO revelan que una de cada tres mujeres ha sido o es víctima de violencia en diversas formas. Esto es sólo la punta del iceberg y representa un problema global que afecta a millones de mujeres y niñas. Iniciativas como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre, son cada vez más cruciales para crear conciencia y desafiar las normas sociales.

La violencia, una trágica realidad, se cobra vidas y causa lesiones, discapacidades y problemas de salud a diario. Lamentablemente, la pandemia ha exacerbado este problema y la violencia ha aumentado. Ninguna vacuna puede detener este problema. Es un desafío continuo que exige acción colectiva y un compromiso inquebrantable.

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