¿La salud abandonada en Arequipa?

POR: ABOG. ÁNGEL A. ROJAS ROSALES    

Culminadas las exequias del primer vicepresidente del Congreso de la República, Nano Guerra García, las repercusiones en torno a las causas de su muerte se siguen suscitando, dejando de lado el verdadero problema de fondo, es decir, el fracaso del proceso de regionalización y que, a raíz del incidente suscitado con este político, nos ha permitido visualizar y señalar.

¿Los sectores de salud y educación no son acaso los más álgidos en lo que a corrupción, ausencia de políticas públicas y mala gestión se refiere?; y por ende, ¿después de más de 20 años de regionalización, no son acaso el sello distintivo de un proceso de regionalización ya fracasado?; ello como consecuencia de que Toledo entregó tales competencias sin haber capacitado mínimamente a funcionarios de carrera (carrera pública inexistente) para que se hagan cargo de tales sectores; capacitación, supervisión y acompañamiento por parte del Estado, que de haberse dado, le habrían dado sostenibilidad en el tiempo y en el espacio a dicho proceso.

El fracaso es un hecho palpable que se suscita a diario. Ejemplos: en el 2018, la entonces Gobernadora Regional Yamila Osorio y la empresa Southern Perú firmaron un convenio, por medio del cual se dotaba de atenciones médicas las 24 horas del día a las postas o centros de salud de toda la provincia de Islay (Cocachacra, Punta de Bombón y Dean Valdivia), pero que ni bien asumió el cargo como gobernador de Arequipa, el radical y comunista Cáceres Llica, decidió no renovar dicho convenio, solo por complejos ideológicos anti empresa, con las consecuencias que ya todos conocemos; no obstante ello, el actual alcalde de Cocachacra Gregorio Suarez Ramos, ha rechazado un reciente ofrecimiento de la empresa en este mismo sentido. Entonces, es válido preguntarse, ¿en Moquegua estará sucediendo lo mismo?

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