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El fantasma del comunismo recorre en las cabezas de quienes no quieren que cambie nada

…Castillo podrá tener el gobierno, pero no el poder. La historia ha demostrado que la desaparición de la propiedad privada y el triunfo de la revolución comunista es una utopía en el Perú…

POR: MILTON GARCÍA (CULTURA PERÚ)

Julio Failoc es economista egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos- UNMSM. Ha egresado también de la Maestría en Gerencia Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú-PUCP. Es uno de los analistas políticos más reputados del sur del Perú. Es especialista en Comunicación Estratégica y Gestión de Conflictos Socio ambientales. Actualmente es Director de la Revista de análisis y opinión “Apuntes a Lápiz”. Es columnista de La Prensa Regional y comentarista en diferentes medios de comunicación escrita, radio y televisión. Ayer tuvimos una conversación extensa sobre sus proyecciones de la coyuntura electoral y de lo que se viene para el país sino se producen ajustes al modelo económico cualquiera que gane las elecciones.

Milton García (MG): ¿En el Perú recorre el fantasma del comunismo si Castillo llega al poder?

Julio Failoc (JF):  A Castillo se le acusa de comunista de chavista, de querer convertir al Perú en Venezuela, como lo hicieron con Ollanta Humala. Según los expertos, esto solo es posible mediante la toma del poder. Pero gobierno y poder no son lo mismo, hay un tránsito muy largo entre el primero y el segundo; el poder exige una correlación de fuerzas favorable, no solo política, sino también militar, principalmente militar.

Es decir, Castillo podrá tener el gobierno, pero no el poder. La historia ha demostrado que la desaparición de la propiedad privada y el triunfo de la revolución comunista es una utopía en el Perú. Nada más lejos de que suceda en caso de que el profesor Pedro Castillo ganara las elecciones presidenciales.

MG: Pero Evo Morales y Chávez llegaron al gobierno mediante las elecciones, y luego se enquistaron en el poder por varios períodos. ¿Esto no podría suceder con Castillo?

JF: Tanto Evo como Chávez (ahora Maduro) tuvieron una mayoría aplastante en el parlamento, además de una organización poderosa con una base social popular muy fuerte, lo que ni remotamente tiene Castillo. Disolver el Congreso a la mala, como lo dijo en un exabrupto, es una posibilidad también muy remota, porque no tiene a las fuerzas militares de su lado.  La anticampaña y la guerra sucia, apelando al miedo contra la candidatura de Pedro Castillo ha sido más que feroz. Lo curioso es que no ha estado dirigida contra él, sino contra Cerrón, como si éste fuera el candidato.

Castillo está limpio, no tienen nada que pueda ser usado contra él. Los argumentos se les están agotando y lo más probable es que recurran a la guerra sucia y a los “fake new” que estamos acostumbrados los electores en las campañas políticas. Castillo ha dejado claro que no aplicará el ideario de Perú Libre y que se quedará el tiempo que corresponde a un periodo de gobierno, pero los que se oponen a su candidatura no les interesa lo que diga. El fantasma del comunismo solo recorre la cabeza de los que quieren que en este país nada cambie y que se mantenga el estatus quo y los privilegios de una minoría, sin reconocer las profundas brechas que ha puesto en la miseria a grandes mayorías en el país.

MG: ¿Por qué tendríamos que creerle a Castillo? ¿Acaso no es una amenaza para la democracia precariedad de nuestro país?

JF: Por el contrario, si realmente quiere hacer las reformas que plantea en materia económica y social, está obligado a establecer un gobierno de unidad nacional. Desde hace mucho tiempo advertimos que Castillo es la expresión más clara de una fractura y deuda social que la pandemia ha desnudado en su real dimensión; por lo que urge un nuevo pacto social para aplicar un modelo económico con mejores mecanismos redistributivos, que ayude a cerrar brechas.

No hacerlo es poner en riesgo no solo el modelo económico, sino también el sistema. Si queremos ahuyentar el comunismo del Perú tenemos que hacer los ajustes necesarios al modelo económico para hacerlo más humano y ponerlo al servicio del bien común y no solo de unos pocos.

MG: ¿Y qué duda tiene de Keiko Fujimori?

JF: Ninguna duda, yo tengo certezas como la mayoría en este país. Y es que el fujimorismo ya hizo todo aquello de lo que se le acusa a Castillo: cerrar el Congreso si le es adverso, gobernar con mano dura como ya lo anunció, y cooptar todos los poderes del estado (incluida la prensa) tal como lo hizo su padre. Ella sabe cómo hacerlo y no le temblará la mano para ejecutar la estrategia de capturar el poder y ponerla al servicio de sus intereses y los de sus socios que hoy en la penumbra hacen más sucia la campaña.

Keiko Fujimori se juega la vida, no puede perder las elecciones porque sabe lo que le espera. De ella no se puede dudar que tiene poderosas razones para perpetuarse en el poder, porque es la única forma de salvarse de los 30 años de prisión que ha pedido el fiscal José Domingo Pérez. En esta lógica e interés común se han alineado la mayoría de los partidos, varios empresarios y medios de comunicación, sobre todo los que están seriamente involucrados en los casos de corrupción y que les espera la cárcel si Keiko pierde las elecciones. ¿Habrá alguien –en su sano juicio– que les pueda creer que se han unido para salvar la democracia amenazada por el comunismo?

El fujimorismo, a diferencia de Pedro Castillo, tiene la capacidad y el poder de implementar una estrategia para capturar el poder. Ellos pueden construir una mayoría congresal con facilidad sobre la base de intereses y prebendas (e incluso chantaje). Con la asunción del fujimorismo al gobierno todas las investigaciones de corrupción se paralizarían o se caerían, la democracia quedaría herida de muerte con la perpetuidad de los Fujimori en el poder bajo una impunidad absoluta.

Los ciudadanos nos debemos mantener vigilantes si alguien pone en riesgo la democracia. Ya lo hemos hecho con el golpe de Merino y lo podemos hacer de nuevo.

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