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Ciro Alegría el literato y político del mundo es ancho y ajeno

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

La historia nacional, registra a literatos que incursionaron en el campo de la política, entre ellos al liberteño Ciro Alegría, destacado en la primera mitad del siglo XX, por la publicación de novelas de corte social e indigenista, retrato de la realidad, tal como la percibió en su país, universalizándola con sus magistrales escritos.

Ciro Alegría Bazán, nació en Sartimbamba, en el departamento de La Libertad, el 4 de noviembre de 1908, y su deceso se produjo en Chaclacayo, Lima, el 17 de febrero de 1967. Se destacó como escritor, político y periodista, incursionando tempranamente en estos campos, sobre todo, en el literario.

Fue hijo de hacendados, y desde pequeño tuvo empatía con los trabajadores de los campos de su padre, alternando con ellos en sus faenas agrícolas, constituyendo esos recuerdos, la base para sus futuros relatos novelados, que lo ubicaron en la situación destacada con la que se mantiene aún después de muerto.

Era adolescente cuando en el Perú se vivía con intensidad el indigenismo de los años 20 del siglo pasado, y quizá estas reflexiones fueron decisivas, para que en la década siguiente se convirtiera en uno de los máximos representantes de la narrativa indigenista en Hispanoamérica, dejando una huella perdurable, que lo ha hecho merecedor del recuerdo de los peruanos y de las peruanas.

Alegría fue marcado por las intensas reflexiones que polarizaban a los peruanos sobre la problemática de la opresión de la población nativa, y la literatura fue el instrumento a través del cual hizo conocer esa situación, destacándose sus obras: La serpiente de oro publicada en 1935; Los perros hambrientos, editada en 1939; y, El mundo es ancho y ajeno, que vio la luz en 1941, siendo reeditada y traducida a varios idiomas.

Fue alumno de César Vallejo en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo. En 1927 fundó y dirigió el periódico escolar la Tribuna Sanjuanista, después integró el Grupo Norte, y, consecuente de las ideas que se difundieron en la tierra natal de Víctor Raúl Haya de la Torre, desde 1930 participó activamente en la formación de la célula aprista de Trujillo.

Tras esto fue perseguido y torturado y en 1932, después de sofocarse la revolución aprista de ese año, fue encarcelado, y liberado al año siguiente; dos años después se le deportó a Chile, país en el que, en 1935, su novela La serpiente de oro, ganó el concurso de la Editorial Nascimento. Vendría después la premiación de su novela Los perros hambrientos, en Chile; seguida del triunfo de El mundo es ancho y ajeno que ganó en Estados Unidos. Ciro Alegría había incursionado en la política, en uno de los partidos más populares del Perú, proscripto por las leyes peruanas en tiempo de su militancia, y después en otro partido político también de presencia nacional.

Vivió en EE.UU, primero,  Cuba y Puerto Rico, después, dedicándose al periodismo, la traducción y la docencia universitaria.  En 1960 regresó al Perú, y tres años después se afilió a la agrupación política Acción Popular, desde 1948 había renunciado al Partido Aprista Peruano. En 1963 fue elegido diputado por Lima.

EL MUNDO ES ANCHO Y AJENO

El mundo es ancho y ajeno, su gran novela es un clásico de la literatura peruana e hispanoamericana, cargada de un mensaje que no pierde actualidad. Como en sus otras novelas, Alegría promueve la integración de todos los peruanos en una sociedad sin distinciones.

Se advierte en su contenido, las denuncias sobre las miserias y la injusticia social al que la sociedad sin empatía condenaba a los más humildes, Alegría hizo suya la problemática de los indios, haciendo conocer su bagaje cultural, al lado del protagonismo de luchas incesantes por alcanzar un poco de justicia.

El mensaje de la novela no pierde actualidad, es un clásico. Han pasado tantos años desde su aparición, que tras muchos cambios sociales hoy podemos preguntarnos si actualmente, el mundo sigue siendo ancho y ajeno.

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