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América: de 1492 a 2022

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

El 12 de octubre de 1492 es una fecha memorable, 530 años después de ese encuentro de dos mundos que se ignoraban mutuamente, el recuerdo del descubrimiento mutuo sigue siendo evocado con mucha intensidad. Fue un descubrimiento mutuo, porque, aunque los que llegaron materialmente fueron los europeos, los americanos descubrieron a través de ellos, que otro mundo existía más allá de la inmensidad de ese mar que parecía no tener fin.

América era el espacio donde civilizaciones enteras habían perecido, ya no existía en el Perú, ni Caral, ni Tiahuanaco, Paracas, o Chavín y Wari; y tampoco en México sobrevivía a plenitud la existencia de otros pueblos que fueron los dominantes antes que los aztecas. Los mayas tenían su propio universo, y los incas se enseñoreaban en base a sucesivas conquistas de sus vecinos, imponiendo su propia cultura y modelo económico que asombró a los europeos.

Es en ese momento que el territorio americano empieza a recibir a los europeos, que a partir de Cristóbal Colón fueron llegando al Nuevo Mundo, cargados de un apetito económico, pero también con un ímpetu cultural, que los proyectaba como portadores de la cultura occidental, al traer con ellos la filosofía de los griegos, el monoteísmo de los judíos, y el derecho de los romanos.

El 12 de octubre de 1492, no solo se puso pie y registro a la llegada de los españoles a América, ese acercamiento en la madrugada de ese día, salvó a Colón de más amotinamientos de la tripulación, y la calma en la ansiedad de los marineros, cuyo regreso al puerto de partida, hubiese retrasado el encuentro de ambos mundos, que se ignoraban desde milenios atrás.

Sostenía el doctor Miguel Maticorena Estrada, que Cristóbal Colón había tenido un informante que le había hecho saber sobre la existencia de estas tierras, o sobre la posibilidad de haberlas, en función a experiencias de navegación pasada, por eso la obstinación del gran genovés, de no ceder ante la presión de quienes querían regresar al punto de partida, ante la demora de estar en tierra para proveerse de agua fresca y comidas que socorrieran a la tripulación.

América se abrió como una posibilidad de recursos, como un mundo para explorar y explotar, eso fue una realidad. En su sometimiento hubo, violencia, y todo lo derivado de una guerra de conquista, porque nadie que ama su libertad quiere ser presa de sometimiento, y los rechazos de los americanos fueron notorios desde que advirtieron las intenciones de los europeos inspirados en la doctrina mercantilista que dominaba a los hombres de empresa y a los monarcas del viejo continente.

Sin embargo, hoy vivimos en una época de reconciliación con el pasado, no podemos señalar únicamente que la América fue víctima del pillaje, porque lo hacemos en el mismo idioma que ahora es uno de los nuestros, tenemos a los mismos santos que ellos trajeron, junto a los nuestros; hay que entender que biológicamente somos el resultado de una sociedad que desde 1492 se estructura a partir de un conflicto racial y cultural, pero es la sociedad que sobrevive, haciendo frente a su destino hasta hoy, en el 2022.

América recibió contingentes de europeos, surgieron las universidades, trajeron especies animales y vegetales que se incorporaron a la dieta alimenticia, ellos llevaron la papa y el maíz, la sabiduría de los amautas, diversas técnicas americanas, conocimientos de medicina, pero se apoderaron del control, que tuvieron en algunos casos, hasta fines del siglo XVIII, en la mayoría, hasta principios del XIX, y en un caso, hasta casi finalizar ese siglo.

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