Ramón Castilla y la convención nacional de 1855-1857

Castilla convocó a elecciones, que fueron por voto directo, con inclusión de los indios y analfabetos. En este proceso, los moqueguanos votaron por Carlos Hurtado Zapata para representarlos en la Convención de 1855, y el moqueguano José Santos Chocano Fernández lo fue como suplente.

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

Ramón Castilla es uno de los personajes que se encuentra en la memoria colectiva de los peruanos, por la huella perdurable que lo exalta. Su nombre, es tan conocido, como el de Túpac Amaru, José Carlos Mariátegui, Mercedes Cabello de Carbonera, Santa Rosa de Lima, San Martín de Porras, Garcilaso de la Vega, Hipólito Unanue, María Parado de Bellido o Mariano Melgar, por citar solo algunos de los tantos que son tomados como paradigmas de amplio reconocimiento.

Es sabido, que después de algunos episodios de 1829, ligados a la defensa del Perú, por la integridad territorial, cuando se intentó desmembrar algunos departamentos del sur peruano, por obra del general Santa Cruz y sus partidarios, Castilla actuó como fiscal en la causa contra ellos. En esa intención, el Perú iba a quedar desmembrado de los actuales departamentos de Moquegua, Tacna, Arequipa, Cusco, Madre de Dios y Puno.

Entre 1839 y 1845 se le ve como protagonista en Arequipa, Cuevillas, Ingavi, y Oruro. De vuelta al Perú, se estableció en Tacna en 1842, y al año siguiente, con los generales Domingo Nieto, moqueguano, y José Félix Iguain, huantino, integró en el Cusco una Junta de gobierno, que presidió tras la muerte del mariscal Nieto. Posteriormente venció a las fuerzas del presidente Vivanco en Carmen Alto.

Durante el primer gobierno de Ramón Castilla (1845-1851), la situación política se caracterizó por la estabilidad y el restablecimiento de la vida parlamentaria. A Castilla le sucedió José Rufino Echenique, al que finalmente el ex presidente no apoyó, iniciando una revolución contra él, y a quien derrotó en la batalla de La Palma, el 5 de enero de 1855, triunfante Castilla, empezó a gobernar como Presidente Provisorio.

En su segunda etapa como presidente (1855-1862), abolió el tributo de los indígenas y la esclavitud, episodio que ha sido estudiado con detalles y nuevos hallazgos documentales, por Jean Pierre Tardieu, cuya obra “El decreto de Huancayo” es un análisis riguroso, y lleno de información inédita sobre Castilla, a quien puede considerársele como uno de los precursores de la inclusión social en el Perú.

Castilla convocó a elecciones, que fueron por voto directo, con inclusión de los indios y analfabetos. En este proceso, los moqueguanos votaron por Carlos Hurtado Zapata para representarlos en la Convención de 1855, y el moqueguano José Santos Chocano Fernández lo fue como suplente. José Santos Moreno Chocano Fernández, es solo conocido por su apellido Chocano, casó en Moquegua en 1837, con Argentina Fernández-Cornejo y Arguedas, según leemos en el trabajo genealógico de Francisco Javier Carbone Montes.

Castilla tuvo enfrentamientos con los miembros de la Convención, por el carácter liberal que manifestaban, y porque entre otros acuerdos que tomaron los constituyentes, estuvo el de la liberación de los presos políticos, que obtuvieron ese beneficio en todo el país, en 1856, pese a que el presidente Castilla no era partidario de esta medida.

Disuelta la Convención Nacional en 1857, por el presidente Castilla, al año siguiente se convocó a un nuevo proceso electoral, al que el historiador Jorge Basadre supone lleno de irregularidades. En ese proceso al lado de Castilla, participaron los candidatos José Miguel Medina Elera, y Domingo Elías.

Finalmente se determinó que el triunfo fue de Castilla, y el 23 de octubre de 1858, el Congreso lo proclamó ganador. En 1860 se reformó la Constitución de 1856, y en el Congreso de este año, representó a Moquegua, el ciudadano Pedro Mariano Cabello, académico y político peruano, nacido en Moquegua en 1811, quien posteriormente fue senador por Moquegua.

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