Masificación del gas a domicilio con menores precios

El gas de Camisea sale en grandes volúmenes hacia el extranjero y preferentemente se beneficia a la capital de la Republica que de las 800 conexiones residenciales avanzadas en el país el 2018 concentra el 90% de ellas.

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS

ECONOMISTA DEL CEOP ILO

La masificación del gas natural para la costa y el sur del país es una vieja reivindicación que no logra plenamente satisfacerse. La idea que el gas se utilice para el consumo doméstico de manera masiva, con bajos precios y energía limpia permanente es parte de la política pública sobre la seguridad energética y el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos del país, muy en especial a los que habitan en el sur del país de donde se explora, explota, produce el mayor porcentaje de gas.

La reunión de los gobernadores regionales de Moquegua y Puno con el Presidente de Bolivia en la hubo satisfacciones para importar el balón de gas hacia los dos departamentos ha abierto la agenda del gobierno nacional a través de sendas reuniones entre los Ministros de energía e hidrocarburos de ambos países.

No es para menos el balón de gas doméstico de Bolivia es más barato que el que se vende en el Perú, mientras que en el primero su precio oscila entre los 10.00 a 12.00 soles, en el nuestro esta en aproximadamente 40.00 soles. Son justificadas entonces los sueños y las expectativas de la población sur peruana, sin embargo ¿es posible y factible dicha propuesta?

La respuesta lógica y contundente debería ser un si con mayúsculas, sin embargo, es un si con objeciones. La primera es que ya hay una política nacional de masificación del gas para el sur del país: “llegará a la Costa peruana; en el Norte por intermedio la empresa QUAVII, en 7 ciudades; en el departamento de Lima, por la empresa CALIDDA; en Ica, por CONTUGAS; y en el Sur, por FENOSA, que se encuentran tendiendo las redes de tuberías correspondientes. Estas empresas requieren técnicos instaladores de gas natural para cubrir la demanda de instaladores.” (Osinergmin).

En concreto, existe un contrato entre el Estado y la empresa colombiana FENOSA de concesión de transporte virtual de Gas Natural licuado (GNL) utilizando camiones cisterna, plantas satélites de refrigeración para ser comercializado mediante redes a domicilio en los departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna con una inversión de 60 millones de US$ y con no menos 64 mil conexiones residenciales (Véase Gráfico N° 01).

Según la Dirección General de Hidrocarburos (DGH) del Ministerio de Energía y Minas (MEM) hasta el mes de junio del 2018 el sur oeste Gas Natural Fenosa solo realizó 7,800 conexiones que es una cifra muy baja. Con respecto a los departamentos del sur este (Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Junín, Cusco, Puno y Ucayali) la situación es más dramática pues recién Pro inversión está elaborando un proyecto de solo 100 mil conexiones.

Es indudable que la política pública de masificación de gas a domicilio en el país es notoriamente exportadora y centralista. El gas de Camisea sale en grandes volúmenes hacia el extranjero y preferentemente se beneficia a la capital de la Republica que de las 800 conexiones residenciales avanzadas en el país el 2018 concentra el 90% de ellas.

Sumemos la corrupción de Odebrecht en la construcción del gasoducto sur peruano y la nula decisión gubernamental de reactivarlo para deducir que el tema de masificación del gas es timorata, sumisa y ambivalente.

Para afianzar la idea comparemos la propuesta del Estado de tener en el año del Bicentenario un millón de conexiones de gas residenciales (faltan 3 años) con Colombia, que tiene tres veces menos reservas que el Perú, tiene actualmente más de 8 millones de conexiones domiciliarias, lo son más porque el 70% de su producción de gas es para el consumo doméstico mientras que el Perú es de solo el 1% (Diario La República). Lo mismo sucede en Moquegua e Ilo donde el tema de las conexiones domiciliarias es desconocido dada la poca cobertura de beneficiados.

Entonces la disyuntiva esta plantada. O nos embarcamos a impulsar la importación de gas para el consumo doméstico o nos abocamos a proponer una política pública más agresiva sobre el tema de gas orientado al consumo doméstico. O, como no, los dos escenarios compitiendo libremente sobre los usuarios ávidos de contar con gas barato y garantizado por los días de los días.

Lo que si es cierto es que actual balón es muy caro y que es tiempo de ponerle un remedio final a este asalto a nuestros bolsillos. Así tenemos que el Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios. Protección a los derechos de los consumidores y usuarios en el Perú (OPECU: es una asociación civil sin fines de lucro) según su presidente informa que “El precio de venta al público del balón de gas peruano de 10 kilos subió 3,3 en el año 2018, pese a que su precio de referencia internacional bajó muy fuerte en 29,3% en ese periodo, lo cual significó que los usuarios paguen la exorbitante suma de S/ 1,225 millones de más, afectando gravemente sus economías familiares. Inaudito y abusivo” (Léase el Grafico N°02).

Además, “Cuatro de cinco hogares peruanos cocinan alimentos con balón de gas doméstico de GLP peruano, cuya ilegítima comercialización distorsiona el mercado obligando a consumidores y familias a pagar sobreprecios estratosféricos perjudicando gravemente sus intereses económicos.

El gobierno debe ya retirar el GLP envasado del Fondo de Estabilización que no beneficia a los usuarios, solo a productores e importadores que incumplen con trasladar rebajas al mercado interno” (OPECU).

Más claro ni el agua, es responsabilidad de las autoridades regionales seguir encarando el problema de la seguridad energética para todo el sur del país.

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