POR: ABOG. SANTOS COHAILA FLORES
El Congreso como chivo expiatorio. Poncio Pilatos necesitaba culpar a alguien de los problemas que los ciudadanos tenían. Había que crucificar a Cristo para calmar los ánimos. Él se lavó las manos. Ocurre que el Congreso de la República es el chivo expiatorio para algunos que buscan culpables en la forma, en la superestructura, mas no se han dado el trabajo de entender que es la estructura económica la causante de los problemas de fondo del país, agudizado por los conflictos de toda la clase política.
El Congreso del Bicentenario, según el flamante presidente Eduardo Salhuana Cavides, ha logrado importantes avances en materia legislativa, fiscalización y defensa de la democracia y el estado de derecho. Desde su inicio, este Congreso ha buscado y alcanzado consensos significativos, como la elección de tres integrantes del directorio del Banco Central de Reserva del Perú, quienes ahora están en funciones. Además, se ha elegido a seis nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, después de casi tres años de mandato vencido de los anteriores. En el mismo sentido, se logró la elección del Defensor del Pueblo, tras años de interinatos.
Recientemente, se designó al Contralor General de la República y al Superintendente de Banca y Seguros. Desde el primer año, el Congreso ha impulsado la defensa del principio constitucional de balance y equilibrio de poderes, fortaleciendo la seguridad jurídica y la institucionalidad. También se aprobó la ley que desarrolla el ejercicio de la cuestión de confianza, normativa que especifica que esta solo se refiere a materias de competencia del Poder Ejecutivo relacionadas con su política general de gobierno, excluyendo las reformas constitucionales y las competencias exclusivas del Congreso de la República u otros organismos constitucionalmente autónomos.
Asimismo, luego de más de 20 años de debate, este Congreso también logró aprobar una de las reformas constitucionales más importantes: el retorno a la bicameralidad a partir del año 2026.
