La ley del caos: El covid 19 “quiere alargar su existencia”, igual que los humanos cuando destruyen la naturaleza

POR: J. ALEJANDRO FLORES COHAILA

¿Qué podrían tener en común el budismo, la termodinámica, la raza humana, el coronavirus y Aristóteles?

La primera noble verdad del budismo plantea que la naturaleza de la vida es sufrimiento, por otro lado, la segunda ley de la termodinámica plantea que en todo proceso espontáneo la entropía del universo aumenta y para hacerlo más coloquial, el caos aumenta.

Por lo tanto todos los organismos tienden al caos, que podría entenderse como la muerte y en su camino tratamos de liberarnos del sufrimiento que nos acompaña usando los distintos mecanismos de defensa que vamos adquiriendo, unos negando la existencia de este y otros sublimando, por nombrar ejemplos; es así que la humanidad ha luchado y seguirá luchando contra el caos y el desorden, es por eso que nos especializamos, para gastar menos energía y ser más precisos, algunos son abogados, otros economistas, otro médicos, otros vendedores, pero, todos aportan a la sociedad para que esta como conjunto pueda vencer al desorden y funcionar de una manera más armónica.

Lo mismo aplica para nuestros organismos, nuestros sistemas se han especializado, tenemos un sistema nervioso, un sistema cardiovascular y dentro de ellos tejidos y dentro de estos, célula especializadas para generar menos caos, todo con la misma finalidad que la sociedad, vencer la entropía y hacer que la vida perdure y si se puede con el menor sufrimiento posible; aquí es donde entra Aristóteles, el planteaba que todas las materias podían dividirse en categorías, luego subcategorías y luego subcategorías de estas, hasta llegar al principio fundamental, a lo que él llamó pensar en principios.

Un claro ejemplo sería el de los artistas, pensar en principios en el arte es dominar las formas básicas, como el círculo, el cuadrado, las líneas porqué de estas nace el arte, porque no es lo mismo saber que la Mona Lisa puede nacer de forma básicas que solo saber copiarla; por lo tanto toda la especialización de los organismos vivos sigue un principio: “Que la vida perdure”; el coronavirus, nuestro pequeño amigo, es el quinto de la familia de los coronavirus que afectan al humano, su verdadero nombre es SARS-CoV-2, su único objetivo: “Que la vida perdure”, obviamente, a toda costa, con una excelente estrategia, su transmisión es por vía respiratoria, la cual es la más difícil de controlar o contener.

Además, esta puede ser por aerosoles, partículas que miden menos de 5 micrómetros o por gotas, que miden más de 5 micrómetros, por eso usamos mascarillas y nos lavamos las manos; puede cursar de manera asintomática y contagiar a más personas, y mientras más se esparza, más caos generará, pero, no somos tan distintos, también está especializado, el receptor ECA-2, que es el cual le permite el anclaje al SARS-CoV-2 se expresa en los “pulmones” y en otros tejidos, como el corazón, el hígado y los riñones, y gasta menos energía al usar nuestras células para reproducirse, porque así es como lo hacen los virus, ahora, volviendo a nosotros, no podemos escapar de los principios ya establecidos, negarlos es como negar nuestra existencia, trataremos de evitar el sufrimiento que implica la cuarentena o lo que esta traiga, porque aceptémoslo, es un duelo, es dejar ir lo que antes eran nuestras vidas a costa de un organismo que quiere lo mismo que nosotros, “que la vida perdure”.


Nota: desde la vereda de enfrente, ¿No será que el virus COVID 19 busca su existencia y el alargue de su vida y mutando en cuerpos de animales ha pasado a la vida de los humanos y sobre todo de los mayores de edad?

¿Alguna vez el hombre por sobrevivir y alargar su existencia no ha mutado sobre los animales y la naturaleza, destruyéndola para poder sobrevivir o malvivir? ¿La naturaleza y los animales no  verán al hombre como el COVID 19 de sus vidas?

¿Volvemos  a la ley de Darwin, que sobrevivirá el más fuerte? Entretanto miles de vidas pagan las consecuencias de esta guerra por sobrevivir: ¿Humanos vs COVID 19?

Lo Último

ANÁLISIS Y OPINIÓN