POR: ARQ. MARCO CHAMBI MAMANI
Hoy en día, si cualquier turista se da una vuelta por el centro de la ciudad, encontrará un casco urbano con casonas antiguas abandonadas, por la indiferencia de las autoridades que dicen IMPULSAR EL TURISMO; y en la vereda de enfrente, se encuentran esperando que se caigan a pedazos algunos especuladores que las poseen, cual buitres en espera de la carroña.
Del centro histórico que conocí, cuando niño, no queda ni la sombra, y que estaba salpicado de casonas señoriales, como recuerdo y expresión de los tiempos de explotación del guano de isla, y de la riqueza de nuestro valle, que era exportado a través de nuestro muelle fiscal.
De todos ellos, el más representativo por su calidad arquitectónica, así como también por el absoluto abandono que sufre, es la Casa Zapata, ubicada en la esquina de las calles Junín y 2 de Mayo, construida hace más de un siglo y medio, levantada por una familia visionaria y próspera.
SÍMBOLO DE UNA ÉPOCA
Construida con materiales tradicionales como adobe y quincha, con cimentación de piedra. El techo está compuesto por vigas y jácenas de madera, cubierto con carrizo y una capa de torta de barro. Las ventanas, adornadas con rejas de hierro forjado, aportan seguridad y estética. El pórtico principal destaca por sus columnas estriadas de madera de estilo dórico, que sostienen un dintel trabajado en madera. Los pisos exteriores son de losetas de piedra, mientras que en el interior se utiliza entablado de madera de olivo. Pintada en la actualidad en color amarillo pastel, contrasta con los elementos de madera y el tejado de color blanco, resaltando su presencia en el entorno urbano.
DE LA DONACIÓN AL OLVIDO
Las hermanas Zapata Barrios, herederas y propietarias de este legado, lo donaron a la Iglesia San Gerónimo en 1984, bajo la promesa de que sería preservado como un símbolo de historia para Ilo y sirviera a la comunidad. Sin embargo, toda esta buena voluntad se ha quebrado: la construcción se encuentra en franco abandono y en proceso de colapsar en el corto tiempo. Sus paredes exteriores se encuentran gravemente corroídas por manos extrañas, el clima y la indiferencia de sus propietarios y de los encargados de preservar el patrimonio cultural, al punto de pronosticar un próximo derrumbe.
Conocedores en el medio, de edificios similares que han sufrido incendios extraños, que solo afectan las construcciones antiguas, o casonas enteras que tenían cierto valor arquitectónico que han desaparecido de la noche a la mañana, sin mayor oposición, pareciera que esta casona le espera el mismo destino.
¿PARA QUÉ SIRVE RESTAURAR UN EDIFICIO ANTIGUO?
Estas son algunas de las razones más importantes: Conserva la identidad histórica, el sentido de pertenencia y la memoria colectiva de la ciudad. Promueve la educación y sensibilización sobre la historia local. Aumenta el valor del entorno urbano y puede revalorizar inmuebles cercanos. Fomenta el turismo cultural y arquitectónico
Ahora, ¿en qué se puede usar un edificio restaurado? Puede reutilizarse para diversos fines que contribuyan al beneficio cultural de la ciudad. Puede convertirse en un museo que preserve la historia local y exponga piezas arqueológicas, artísticas o etnográficas. También puede funcionar como un centro cultural, biblioteca, archivo histórico, sala de conferencias o auditorio.
FINANCIAMIENTO DE LA RESTAURACIÓN EN EL PERÚ
La puesta en valor de un edificio antiguo para beneficio cultural en el Perú puede financiarse mediante diversas fuentes, conforme a la legislación vigente. Entre ellas, destacan:
Presupuesto Público: A través del Ministerio de Cultura, gobiernos regionales y locales, mediante programas de inversión pública como el Invierte.pe; Iniciativas Privadas: Mediante mecanismos como obras por impuestos (OxI). Fondos y subvenciones, patrocinio y mecenazgo (Ley N° 30456) Convenios y Asociaciones Público-Privadas (APP).
¿QUÉ PASÓ CON LAS ACCIONES PARA PRESERVAR EL PATRIMONIO?
A inicios de los 90’s, la Municipalidad de Ilo hizo un inventario de los principales edificios arquitectónicos que debían de ser preservados, de los cuales, la gran mayoría ya han sido demolidos en aras de una supuesta modernidad. Casonas como la del Señor de los Milagros, o la casona sobre la que se encuentra la actual UGEL Ilo; únicamente se logró restaurar la Iglesia San Gerónimo, con apoyo y recursos de la Municipalidad de Ilo. ¿Se han sancionado algunas de esas demoliciones a sus propietarios? Ninguna sanción.
¿DÓNDE ESTÁN LAS AUTORIDADES?
¿Dónde está el Ministerio de Cultura, encargado de preservar el patrimonio cultural?, o es que acaso, ¿solo hay casonas a restaurar en Moquegua, mas no en Ilo? ¿Dónde está la Municipalidad Provincial de Ilo, encargada del estado de conservación de las edificaciones en su zona monumental? ¿Dónde está su oficina de Turismo que no actúa ante esto? ¿Dónde están los propietarios que, si les importara preservar el monumento, pedirían ayuda a las instituciones públicas o privadas, como lo hicieron con su iglesia?
¿Hará algo la autoridad municipal ante este abandono? ¿Se manifestarán los profesionales que dicen ser ileños y que forman parte del entorno del gobierno municipal o regional?
Vivimos en una ciudad donde la cultura y el patrimonio de la ciudad se ven solamente reducidos a una frase que se repite sin ningún criterio, donde, al parecer, solo importa la ejecución de una vereda para una época estacional, y todo lo demás no importa. Y para la Municipalidad, eso es incentivar el turismo.
