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Impacto de la inversión pública regional

El Gobierno Regional de Moquegua, con el antecedente del año anterior, se entiende que debió superar la tendencia dentro de las posibilidades que da la circunstancia de la pandemia y su rebrote.

POR: ECO. JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEOP ILO)   

El Instituto Peruano de Economía (IPE) en noviembre de 2020 publicó un informe que señalaba que en los gobiernos regionales la inversión pública en promedio en obras de menos o un millón de soles llegaba a al 60% en obras de impacto, lo que estaba ocurriendo de manera cada vez más creciente es la atomatización de las inversiones en un menudo número de obras menores o poco más del millón de soles.

Se sabe que los gobiernos regionales se crearon para realizar inversiones de impacto social, económico y ambiental cuando recién se crearon deberían ser no menos del millón de soles. Después de una década de experiencia estas no deberían, a costos sociales, no ser menores a los tres millones por lo menos.

IPE agregaba que hasta el penúltimo mes del año que paso el caso más alarmante era el departamento de Puno con una cartera de pequeños proyectos llegaba al 1,429 y un porcentaje del 70% del total del número de proyectos.

Continuaba Apurímac con el 65% y seguían en la misma tendencia de pequeñas inversiones Arequipa y Moquegua con el 57%.

La lógica de la inversión es que las obras menores son para los municipios, las medianas de uno a diez millones son para los gobiernos regionales y la gran obra pública para el gobierno nacional.

Si bien esto no es rígido e incluso se pueden establecer alianzas entre los municipios y las regiones para obras de mayor impacto, también puede darse entre el ejecutivo y las regiones. La idea de la eficiencia del gasto público es que cada nivel aporte sustancialmente en el desarrollo de acuerdo a su espacio que le corresponde, sobre todo en el caso de los gobiernos regionales que tienen la tendencia a querer hacer las mismas obras que los gobiernos locales.

El Gobierno Regional de Moquegua, con el antecedente del año anterior, se entiende que debió superar la tendencia dentro de las posibilidades que da la circunstancia de la pandemia y su rebrote.

Vuelven a repetir el plato, son 157 pequeños proyectos publicados en la página amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) lo que representa aproximadamente el 80% del total del número de obras con el presupuesto actual del 2021.

La explicación del porqué de la repetición quepa en la especulación: o no están interesados en obras de impacto, o no tienen plan de gobierno e improvisan pequeñas inversiones, o escasean las capacidades y profesionales que formulen grandes proyectos, o en el menudeo es más fácil evitar la intervención de controlaría o vigilancia social. La verdad que todo se hace dudoso.

Se nos puede encarar que hemos estado sustentando que la época de la pandemia se requiere masificación del empleo directo en construcción y proveedurías de pequeños montos para mayor número de inversionistas locales y regionales y que todo eso es posible con pequeñas inversiones.

Si bien suscribimos parte de estas ideas, también las refutamos otras porque lo que ha planificado es demasiado extremo en pequeñas inversiones y pocas las obras de gran impacto, es una exageración en detrimento de obras de trascendencia que crean más empleo sustentable, continuo y resuelven en mayor medida en la vida de la población.

Observamos por ejemplo que la irrigación de Lomas de Ilo, los canales y represas de agua, implementación de hospitales, mejoramiento de dotación de agua a las familias entre otras son de gran impacto necesarias y vitales, pero, la atomización por ejemplo, en coberturas en centros educativos, los mejoramientos con montos de 100 mil soles se pierden en los costos fijos etc. que en tiempos de pandemia son tiros al aire que no atienden las prioridades que el departamento debería verdaderamente resolver.

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