POR: MAGÍSTER VÍCTOR CASANOVA VÉLEZ
La existencia de dos santas mártires con el mismo nombre (Santa Fortunata), veneradas en dos ciudades diferentes, Moquegua (Perú) y Baucina (Sicilia, Italia), ha generado discusiones y descalificaciones mutuas en busca de una solución al problema.
En Moquegua, el padre Tadeo Ocampo, del Colegio Misionero, viajó a España y luego a Roma en 1792 para solicitar la donación de reliquias de un mártir para su colegio. El cardenal custodio Santiago Severini donó las reliquias de Santa Fortunata, exhumadas por el cardenal Marco Antonio, autorizado por el Papa Pío VI, el 5 de enero de 1793. Ocampo costeó el “encadenamiento” de los huesos, el retoque, el vestido y la urna para la reliquia.
La reliquia fue trasladada a Valencia, España, en 1794, donde “…estuvo más de dos años…”. En Cádiz, Ocampo hizo autenticar las reliquias por el arzobispo de Sevilla, quien certificó que eran las mismas recibidas en Roma, el 18 de septiembre de 1796. Ocampo partió rumbo a Moquegua el 18 de octubre de 1796. En Buenos Aires, el vicario Francisco Tubau, el 20 de abril de 1798, certificó que encontró la reliquia “en los mismos términos que manifiesta la Auténtica…”.
Tras dos años de sucesos difíciles, la caravana con la urna de Santa Fortunata llegó al Portillo de Moquegua el 8 de octubre de 1798. El párroco Lorenzo Vizcarra, con la Auténtica en manos, autentificó los restos. Luis Kuon afirma: “…hicieron su entrada… alfombrándose la calle principal para el paso…”.
En Baucina, dos religiosos (Sor María Celafani y Don Alfio Caruso), inspirados por un sueño similar, pidieron al párroco de Baucina que solicitara al Pontífice Pío VI la donación de reliquias de Santa Fortunata.
Según su Auténtica, el 29 de enero de 1790, las reliquias fueron exhumadas de las Catacumbas de Santa Ciriaca por Franciscus Xaverius Cristiani, asistente del Papa Pío VI. Guardadas en una caja de madera sellada, llegaron a Baucina el 14 de febrero de 1790, siendo recibidas por Francesco Fiumefreddo, arcipreste, y Nunzio Fortunato, párroco de Baucina.
COMPARACIÓN DE LAS AUTÉNTICAS
Comparando las Auténticas o Letras Testimoniales de ambas reliquias encontramos diferencias:
La Auténtica de Baucina data del 29 de enero de 1790, mientras que la Auténtica de Moquegua tiene fecha del 5 de enero de 1793. Ambas expedidas en Roma, se refieren a exhumaciones realizadas en cementerios distintos: Santa Ciriacae (Baucina) y Calepodii (Moquegua).
Franciscus Xaverius Cristiani, de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, obispo de Porfirio, prefecto del Santuario Apostólico, prelado doméstico y asistente del Trono del Papa (Pío VI), exhumó las reliquias para Baucina. Por su parte, Marco Antonio, obispo de Predestina por la gracia de Dios, cardenal Columna, vicario general del Papa Pío VI y juez ordinario de la Curia, firmó la Auténtica de Moquegua junto a Jacobus, cardenal Severini. Los impresos utilizados también son diferentes.
Las reliquias de Baucina fueron recibidas en 1790 y permanecieron guardadas en una caja de madera sellada hasta 1840, cuando fueron recompuestas como imagen por el doctor Nicolò Greco o Gioacchino De Luca. Por su parte, las reliquias de Moquegua fueron “encadenadas”, reconstituidas, vestidas, retocadas y colocadas en una urna de madera por Tadeo Ocampo en 1793, a su costo.
Ambas Auténticas se refieren al “Cuerpo Sacro Mártir Santa Fortunata” y mencionan la presencia en la urna de un vaso de vidrio con su sangre.
La hipótesis de que el cuerpo fue repartido entre las dos ciudades se rebate en el Acta del 3 de octubre de 2000, donde el notario Víctor Cutipé certifica: “…se comprobó que toda la estructura ósea está completa”.
En esa época, muchas reliquias de mártires de catacumbas romanas fueron donadas en Europa y América. A estas reliquias, denominadas “Corpo Santo” o “Mártir de Catacumbas”, se les asignaron nombres alegóricos al perderse sus nombres originales. El nombre Fortunata (Fortunate) no representa a la persona, sino un adjetivo calificativo: “Tú, afortunada, que padeciste por Cristo”.
En Baucina, la fiesta litúrgica se celebra el 14 de febrero, día de la llegada de las reliquias, mientras que la fiesta patronal tiene lugar el segundo domingo de septiembre. En Moquegua, la fiesta de Santa Fortunata, su patrona espiritual, se realiza el 14 de octubre, fecha designada por Fray Tadeo Ocampo en 1798, al llegar a Moquegua.
CONCLUSIÓN
Las dos Auténticas de las reliquias de Santa Fortunata, mártir de las catacumbas veneradas en Moquegua y Baucina, son documentos originales expedidos en Roma con fechas, catacumbas y cardenales diferentes. Son dos cuerpos sacros de dos mártires cristianas.
Queda fuera de toda duda que en Moquegua y Baucina se veneran santas distintas, «tocayas» bautizadas así por quienes las exhumaron. Nadie ha robado la santa a nadie, y «ni unos tienen la buena ni otros tienen la mala».