Prado y Beltrán: un ejemplo a seguir

“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego” – Gandhi.

POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ   

La historia de nuestro país, como muy pocos en el mundo, está plagada de desencuentros, mediocridad, corrupción y oportunidades perdidas que han conspirado y conspiran contra lo que Basadre denomina “la promesa de la vida peruana” que es a menudo estafada o pisoteada por el hacer, la apatía o intereses subalternos de aquellos a los que el insigne historiador tacneño calificaba como los podridos, los congelados y los incendiados. Los podridos, han prostituido y prostituyen palabras, conceptos hechos e instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y de sus apasionamientos. Los congelados se han encerrado dentro de ellos mismos, no miran sino a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes, considerando que nada más existe. Los incendiados se han quemado sin iluminar, se agitan sin construir. Los podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país sea una charca; los congelados lo ven como un páramo; y los incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos para que surja una gigantesca fogata”.

Problemática que el Perú la vivió en los años previos a la guerra con Chile, durante la misma y que podríamos decir continuamos viviendo en nuestros días, dado que hoy al igual que ayer no tenemos una visión compartida del futuro y carecemos de objetivos tanto nacionales, como regionales e incluso distritales, en un espacio social en el cual me atrevo a pronosticar que no sería raro que surja un personaje similar a Javier Milei, ganador de las primarias argentinas, porque los pueblos, no solo el argentino y el peruano, sino otros tantos están hartos de la corrupción y la ineficacia de los políticos, optando por un cóctel tóxico de entretención, rabia, paranoia e incluso crueldad, situación que nos viene conduciendo aceleradamente a una mayor degeneración social, política y cultural donde ciertos personajes y medios hacen lo imposible para evitar el diálogo y los acuerdos que nos puedan permitir superar situaciones críticas como las que viene experimentando el Proyecto Irrigación de las Lomas de Ilo.

Sin embargo, a lo largo de la historia, ha habido muchos ejemplos de acuerdos que han superado conflictos y cambiado el curso de la misma.

Por ejemplo, recordemos que allá por el año 1959 en un acto singular el presidente de aquel entonces Manuel Prado Ugarteche, quien venía recibiendo innumerables criticas económicas del director del desaparecido diario La Prensa, Pedro Beltrán Espantoso, no encontró mejor opción que ofrecerle al mismo el ministerio de Economía y Finanzas de aquel entonces.

Beltrán tras una negativa inicial, aceptó el encargo y hay que reconocerlo: con postulados económicos que eran rígidos en cuanto a defender una economía de libre mercado, comercio abierto al mundo y de libre cambio de divisas, desterrando así al estatismo burocrático, alentando a la iniciativa privada y manteniendo un férreo control del gasto público logró efectuar una buena gestión.

Adicionalmente cabe recordar que también. –antes de ser ministro–, en su calidad de director de La Prensa, había creado una “escuelita periodística” que funcionaba en los ambientes del periódico y donde se formaron personajes como Salazar Larraín, Zegarra Russo, Salazar Bondy, Chirinos Soto, Jorge Moral, Jorge Donayre, Alfonso Pocho Delboy, Fernando de Szyszlo, Julio Cotler y el premio nobel Mario Vargas Llosa.

Pues bien, recordando dicho ejemplo, al cual podríamos agregar muchos otros que se han dado en otras partes del mundo y su historia, no estaría de más que en función del bien común y el desarrollo de Moquegua, la actual Gobernadora Regional invite a quien muchos consideramos el profesional más conocedor y capaz respecto a Pasto Grande y el aun proyecto “Irrigación de las Lomas de Ilo”, el Ing. Freddy Zeballos Núñez  a que demuestre en la práctica lo que ha propuesto en innumerables sesudos y críticos comentarios, tanto escritos como verbales, brindándole todo la libertad y apoyo que requiera.

Y aquí para finalizar, cabe recordar una vez más a Basadre, expresando su temor a que, el Perú –yo agrego y resalto Moquegua–, se pierda por la obra o la inacción de los peruanos y moqueguanos…que toda la clave del futuro está allí: para que el Perú se escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una fogata.

Esperemos que el amor al terruño, la visión y la grandeza de espíritu superen las circunstancias políticas.

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