Petroquímica: ¡entre los mitos y la realidad! (II)

“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio” – Cicerón

POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ  

Un viejo, apreciado y correcto amigo me escribe: “Pareces erudito. Parece…simplemente que crees tener siempre la razón…”, en relación al artículo que escribí respecto al, –permítanme ser crudo–, circo que algunos simpáticos vecinos de Ilo intentan armar en respuesta al anuncio presidencial sobre la posibilidad de que se establezca una petroquímica en el sur del Perú, teniendo como bandera principal el hecho de que la empresa australiana llamada en aquel entonces (año 2016) Orica Nitratos Perú S.A. había  logrado la viabilidad del proyecto petroquímico presentado, consistente en la construcción y operación de una Planta Petroquímica Intermedia destinada a la producción de nitrato de amonio en grado industrial considerada como actividad petroquímica intermedia, a desarrollarse en la Zona denominada Lomas de Ilo ubicada en el distrito de Ilo, provincia de Ilo del departamento de Moquegua, sobre dos secciones, una de 164.3406 y otra adicional de 29.379 lo que hacía 193.7196 hectáreas, valorizadas en 1 millón 565 mil 685 soles. (US$ 472,837.02)

Hectáreas que merecieron que el 20 de enero del 2021, la Superintendencia Nacional De Bienes Nacionales emitiera la Resolución N° 0056-2021/SBN-DGPE-SDAPE, en el Expediente N° 1006-2020/SBNSDAPE, que sustenta el procedimiento administrativo sobre reversión de dominio en torno a la venta directa a favor de Orica Nitratos Perú S.A (hoy Orica Mining Services S.A.), respecto del predio de 163.3475 Ha, ubicada en la Zona denominada Lomas de Ilo, inscrito en la partida registral Nº 11014819 del Registro de Predios de Ilo, indicando entre otros puntos, que en el contrato N° 018-2013/SBN-DGPE de 25 de junio de 2013, “Se estableció como causal de reversión el incumplimiento de la ejecución del proyecto petroquímico y cuando “la empresa” comunique a la SBN sobre la inviabilidad del proyecto, por cualquier motivo ajeno a su voluntad, los trabajos y labores de construcción significativas del proyecto sobre “el predio” hasta el 21 de marzo de 2017, este se revertirá automáticamente sin necesidad de declaración  judicial o extrajudicial previa y sin reembolso alguno a favor del comprador”.

Aspecto último que fue aplicado y que en nuestro deseo de no aburrir más al lector lo resumimos en señalar que se dispuso la reversión de dominio, a favor del Estado representado por la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales, respecto del predio de 163.3475 Ha, por lo que mal se podría pedir como siguieren algunos medios o personajes, –queremos creer que por ignorancia y no por picardía política o intereses subalternos– presionar para cambiar a estas alturas el uso de un terreno que nuevamente es propiedad del Estado.

Pero tampoco cabe guardar cómplice silencio y no hacer algunas preguntas en procura de lograr la trasparencia total en este caso, al margen que al parecer el erario público no fue afectado:

¿Quién o con qué criterios se fijó el valor de venta del predio?

¿Qué dice, quiénes lo firmaron y cuáles fueron los términos legales del contrato firmado para la venta de los terrenos donde se iba a ubicar la planta?

¿Cuál es la posición actual de Orica Mining Services S.A. respecto a la posibilidad de establecer en Ilo una planta petroquímica de nivel intermedio?

Preguntarle, asimismo, en caso de tener una respuesta afirmativa, sobre la inversión total y la cantidad de empleos que generaría la empresa tanto en la etapa de construcción como de operación, aparte de indicarnos si  tienen algún representante oficial actualmente en la provincia de Ilo y por último si está trabajando con Orica Mining Services S.A. don Robert McDonald, quien se desempeñó como gerente de Orica Nitratos Perú S.A. en los tiempos en que se les adjudicó el terreno, para después figurar como asesor en temas gasíferos y mineros de Martín Vizcarra cuando el mismo era presidente, originando con ello ciertas suspicacias.

Y para finalizar, como no puedo con el genio, me es imposible callar y no contestarle a mi tibio, calculador y buen amigo que menciono al iniciar esta nota, que es cierto que muchas veces me he equivocado y que lo seguiré haciendo, lo que quizás sea un defecto grave, pero a la vez creo a esta altura de mí vida, que el periodismo de opinión que me gusta practicar, debe ser en cierta forma un servicio público donde deben primar la información, el valor y la verdad y no el silencio que es caldo de cultivo o abono de los intereses, corrupción o dogmas de las autoridades, de los políticos, de los empresarios, de los banqueros, de los sindicatos o de aquellos que creen ser poseedores de la verdad absoluta, auto definiéndose bien como de izquierda o derecha para no actuar cuándo están en juego o riesgo sus camaradas, prefiriendo el silencio, el no escuchar y el no mirar que son según Ortega y Gasset, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil.

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