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30 octubre, 2024 10:15 am

Padrinazgos del “zorro” evitan aclarar muerte en sospechoso operativo policial  

Hay una serie de indicios que señalan que el “improvisado” operativo tuvo otras intenciones, pero la muerte del “mensajero del comandante” se escapó de control y ahora pretenden  “sanear documentariamente” las acciones, pero ningún decente oficial se quiere prestar para “salvar el pellejo” de los altos oficiales responsables. 

POR: JULIO FARFÁN VALVERDE    

AQUÍ, NO PASA NADA. Tras la muerte a manos de delincuentes venezolanos del SO2 PNP Antonio Araujo Núñez, lo único que se ha escuchado de los jefes policiales en Moquegua e Ilo, son lamentos, excusas y silencios póstumos, pero aún no ofrecen una conferencia de prensa abierta, donde realmente se dé a conocer las explicaciones que merece la opinión pública, sobre el “mortal operativo” ocurrido la noche del 2 de agosto del 2022, en la Pampa Inalámbrica.

En unas breves declaraciones, el 3 de agosto, el jefe de la Región Policial de Moquegua, coronel PNP Elder Calderón Cossío, dio a conocer, que Inspectoría haría una evaluación a la intervención que se realizó a una vivienda del sector Los Ángeles Mz. 10 lote 15 que era usada por una peligrosa banda de criminales venezolanos, denominada, según la misma PNP, “Tren de Aragua”.

Cabe señalar que el apelativo de “Tren de Aragua” sería otro “maquillaje” empleado por el jefe policial de Ilo, con el objetivo de levantar sus réditos, ya que, si el “operativo” hubiese resultado positivo, el impacto sería mayor. No obstante, esta Unidad de Investigación está por revelar que los criminales venezolanos, pertenecen a otra banda que opera en el sur del país.

La Unidad de Investigación de La Prensa Regional ha registrado serios testimonios de honestos efectivos policiales, que señalan que las diligencias están siendo obstruidas y suspendidas por órdenes superiores de la XIV Macro Región Policial Tacna – Moquegua, porque la inesperada muerte de Araujo Núñez, en el improvisado “operativo” trae delicadas consecuencias a oficiales superiores, que “manejan” a su antojo la PNP y la seguridad de la ciudadanía, esto por obra y gracia de “padrinos” al más alto nivel. Según testifica el personal, quienes están cansados e indignados que se continúen cometiendo hechos de corrupción al interior de la institución.

¿EL PADRINO? General PNP Manuel Rivera López, jefe de la XIV Macro Región Policial Tacna – Moquegua, para variar el enrarecido ambiente en la PNP, Bruno Pacheco, el exsecretario general del presidente Pedro Castillo, declaró ante la fiscalía que este oficial habría pagado 20 mil dólares de coima para lograr su ascenso.

TRATAN DE “LIMPIAR” O “DESAPARECER” EL “OPERATIVO”

Como se informó, el operativo del martes 2 de agosto que dispuso el comandante PNP Juan Martin Martínez Rúa, no siguió los procedimientos de los operativos policiales, exponiendo al riesgo al personal y a un efectivo policial que se encontraba de vacaciones, que perdió la vida, todos los indicios y sospechas señalarían que realmente fue una acción que no contó con las medidas preventivas que garanticen la seguridad del personal policial y de los vecinos del lugar, menos con un documento que ordene dicho operativo, no se comunicó oportunamente al ministerio público, no fue una flagrancia delictiva, asimismo no se contaba con  la orden judicial de allanamiento y descerraje e ingresar al inmueble  para intervenir y capturar a los criminales venezolanos del supuesto “Tren de Aragua”, porque dicha intervención habría sido, solo  para  amedrentarlos y  resolver algunos temas pendientes de índole extraoficial y puedan “matricularse” con el jefe policial.

Ahora se estaría tratando de sanear irregular e ilegalmente las acciones de la noche del 2 de agosto, tanto así que, ningún decente oficial se quiere prestar para “salvar” el pellejo de los responsables firmando documentos de autorización del cuestionado operativo y se olvidan de responder ¿Por qué sospechosamente se adelantó el “zorro” a la fecha programada del viernes 05 de agosto, que debió ser dicho operativo con las formalidades, seguridad y las garantías de Ley?

Hasta el cierre de esta edición, un comandante PNP que labora en la ciudad de Moquegua PNP se habría negado a firmar la orden de operaciones que supuestamente se hizo contra la banda de venezolanos, lo que significaría que no quiere “apoyar” al jefe de la División Policial de Ilo comandante Martin Martínez Rúa, ni involucrarse en éste espinoso y delicado caso que huele a “cadáver”.

Esto sucede, porque el documento debió emitirse antes del operativo, señalando el nombre del operativo y el oficial a cargo, etc,  pero en este caso que acabó con la muerte de Araujo que se encontraba con su papeleta  de vacaciones refrendada por la región policial, no existió, ni existe hasta el momento la respectiva orden para la intervención.

Otra irregularidad que se ha evidenciado, es que se habían encontrado 4 celulares que quedaron registrados en el primer acta policial, pero ahora algunos equipos están como no habidos, lo cual resulta sospechoso, porque los efectivos que participaron en la operación, tampoco dicen algo al respecto.

Hay una serie de indicios de irregularidades y el hermetismo de los jefes policiales parece así confirmarlo. Lo que se trata también es de forzar la versión de que no existió ningún operativo y todo supuestamente fue una reacción del personal por flagrancia, Esto obviamente iría en respaldo al comandante Juan Martin Martínez Rúa, asimismo de intentar desaparecer la papeleta de vacaciones del efectivo policial fallecido y hacer ver que nunca existió para evitar que la viuda no tenga problemas en los procedimientos del trámite de los beneficios que tendría que recibir en acción de servicio, de no ser así podría hablar todo lo que sabría de los antes, en el momento y posterior a los hechos suscitados y callar que oficiales policiales se le acercaron para pedirle que guarde silencio.

Aquí cabe acotar un detalle, puesto que los efectivos policiales que se comunicaron con esta Unidad de Investigación, señalan que uno de los “padrinos” de Martínez Rúa sería el jefe de la XIV Macro Región Policial Tacna – Moquegua general Manuel Rivera López y del jefe de la Región Policial Moquegua coronel PNP Elder Calderón Cossío.

Y para seguir añadiendo más ingredientes a esta olla de presunta corrupción policial, cabe señalar que, el exsecretario general de Palacio de Gobierno y del presidente Pedro Castillo, ahora colaborador eficaz Bruno Pacheco, ha revelado ante la fiscalía que lo investiga que, el general Manuel Rivera López jefe de la XIV Macro Región Policial Tacna – Moquegua, habría sido uno de los diez oficiales que pagó una coima de 20 mil dólares para ser ascendido.

Martin Martínez, resume el peso de las “buenas relaciones” que apadrinan sus acciones.

PERSONAL SUBALTERNO Y ALGUNOS OFICIALES NO APOYAN AL “ZORRO”

Estos hechos, está causando una “gran incomodidad e indignación” entre el personal PNP de Ilo, quienes no lo respaldan por las irregularidades e inseguridad que se está registrando en esta provincia.

La familia policial en su conjunto desea una renovación de los altos jefes policiales que, en vez de traer toda la intención y voluntad de recuperar la imagen de su institución, solo vendrían a llenarse los bolsillos mediante las “famosas bolsas”.

Dan a conocer que la “recaudan” producto de los “cupos” que ordenan cobrar algunos malos oficiales por venta de droga, asaltos, extorsión, etc. mediante sus “mensajeros subalternos” corrompen a la PNP, donde al final el personal es el que asumen y paga las responsabilidades administrativas y penales, hasta con su propia vida y los “jefes de la banda policial” solo guardan silencio póstumo.

Los honestos policías señalaron a este Diario que, al no prestarse a esos requerimientos, empiezan con las represalias, tal es el caso de varios oficiales de rango menor que fueron removidos y rotados de colocación, de las áreas operativas al área de administración, por no adecuarse a los intereses de la famosa bolsa de cupos.

Comandante PNP, Martin Martínez jefe sectorial Ilo, funcionario que no goza de la confianza del personal.

Análisis & Opinión