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Martín Vizcarra, a prueba de balas

Claro que sí, toda vez que Vizcarra Cornejo aplica la frase atribuida a Bill Gates “si no puedes con tu enemigo, entonces cómpralo”. Y eso fue lo que hizo, adquirir conciencias.

POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA   

A primeras horas del pasado martes, una noticia sorprendió al país entero. Aunque inicialmente pareció un meme, con el pasar de los minutos rebotó en todos los medios de comunicación y redes sociales, confirmándose la misma: Martín Alberto Vizcarra Cornejo imputado por la Fiscalía como líder de la organización criminal denominada “los intocables de la corrupción”, enquistada en el Ministerio de Transportes, cobrando coimas a cambio de adjudicaciones de mega obras. En paralelo, el titular de la acción penal allanó diversas viviendas en Lima y Moquegua, así como detuvo preliminarmente a varios exfuncionarios que laboraron en el citado portafolio durante el gobierno de Vizcarra Cornejo, siendo el de mayor relevancia de Carlos Revilla, hasta hace poco Asesor en ProInversión. Cosa seria, o al menos eso parece.

Seamos claros, esta no es la primera vez, ni será la última, que el exmandatario es sindicado de pertenecer o colaborar en estos actos delictivos. En noviembre de 2020, precisamente al día siguiente de producida la vacancia constitucional, la entonces presentadora de Radio Programas del Perú, Patricia del Río, confesó -a través de audio filtrado- que “Vizcarra robó, robó de manera grosera”. ¿Qué ocurrió? Exacto, nada.

Por ello, en marzo del año siguiente, el periodista Carlos Paredes, autor del libro “El perfil del lagarto”, explicó que la razón de ese apelativo al exjefe de Estado es por ser “frío y calculador”. En buen romance, un tipo sin escrúpulo alguno. En respuesta, doce meses después, desvergonzadamente el dos veces inhabilitado para ejercer la función pública, declaró no sentirse ofendido por el apodo; por el contrario, es de su agrado.

Claro que sí, toda vez que Vizcarra Cornejo aplica la frase atribuida a Bill Gates “si no puedes con tu enemigo, entonces cómpralo”. Y eso fue lo que hizo, adquirir conciencias. Así como un narcotraficante jamás denunciaría el robo de droga, tampoco lo harán aquellos personajes, entre políticos, periodistas, empresarios, etc., a los que este presunto delincuente “aceitó”. No sabemos (y tampoco interesa) si fueron muchos o pocos los billetes desembolsados. Lo que sí, es que estos montos dinerarios bastaron y sobraron para seguir aupando al procaz expresidente. Coincidiendo con Aldo Mariátegui cuando refiere que “Nuestro país sufrió una vizcarritis aguditis a todo nivel, desde el 90% de los coleguitas hasta el ciudadano común”, agregando que “Mucha de esta santificación vino por culpa de la caviarada, que en ese entonces controlaba al 100% el mensaje mediático y político y que pintó a Vizcarra como un paladín porque este destrozó a apristas y fujimoristas”.

Lo cierto es que Vizcarra Cornejo seguirá riéndose de todos los peruanos, por lo menos por muchos años más. Está blindado; por lo tanto, a prueba de balas.

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