POR: NICOLÁS VALDEZ CASO
Las cifras no engañan; según el INEI, del 4% de crecimiento económico que tuvo el país en el 2018, la base fundamental fue la pesca y sobre todo la industrial, gracias a la captura de la anchoveta (Consumo humano indirecto) desplazando totalmente a la minería, agropecuario, manufactura, financieros, entre otros.
Esta bonanza económica pesquera se dio principalmente en los puertos de Chimbote (23.6%), Chicama (20.3%), Coishco (10.7 %), Pisco (8.7 %), Callao (8.1%), Supe (6.5%) y Chancay (6.3 %). donde sustentaron la cifra de 1,5 del PBI, esto obviamente se traduce en miles de puesto de trabajo y movimiento de todos los servicios económicos.
Esta buena faena pesquera, se da después de 8 años y ha movido la economía peruana, en un tiempo donde los índices económicos están estancados o en desaceleración tal como sucede con la minería y otros sectores tradicionalmente activos. La pesca ha empujado el empleo, ha originado mayor consumo por lo tanto mayor producción.
El impacto que ha alcanzado la captura de la anchoveta ha trascendido a empleos directos generado por el sector; empleo indirecto sobre los proveedores que abastecen con alimentos, materiales, utensilios para las faenas y empleos inducidos, que hace intervenir a todos los bienes y servicios de la manufactura primaria como metal mecánico, carpintería, reparación de piezas, elementos de pesca etc, etc. La pesca se ha convertido en el 2018, como el gran motor, el encadenamiento de la economía nacional, más allá de la captura directa de los recursos.
Lamentablemente toda esta bonanza, el sur del Perú no lo ha gozado a su máximo nivel; todos sabemos que la plataforma continental es muy estrecha y a pocas millas hay mucha profundidad, por lo tanto el stock de anchoveta se repliega a la costa y según estudio científico de IMARPE, señala que el 90% de la biomasa de la anchoveta se ubica dentro de las 10 y 5 millas y penosamente el DS 005 emitida en el 2012, prohíbe la captura del recurso anchoveta en esa zona que no sea para el consumo humano directo; inevitablemente se da puertas abiertas para que el cardumen migre al norte de Chile donde si es permitido su captura. Es tarea de la nueva ministra de la producción Rocío Barrios, ponerse la camiseta del país y establecer en forma urgente un régimen especial de pesca o pesca geopolítica en esta zona de frontera.
No podemos estar perdiendo mil millones por esta incongruencia, divisas en más de 100 millones y peor aún, regalar nuestro recurso al país vecino. La situación es difícil, estamos en una problemática nacional de mayor pobreza que al término del 2018 debe ser de 700 mil peruanos en contexto vulnerable, necesitamos trabajo para mover la economía; hay el recurso, hay el potencial, pero las malas leyes y decretos nos aplastan.
Obviamente el nuevo régimen especial, debe estar sustentado por IMARPE, que se monitoree o controle el tema de juveniles y respetar las cuotas establecidas; para ello existe la normativa de la Ley General de Pesca, Reglamento de Fiscalización y Sanción de las Actividades Pesqueras y Acuícolas. El nuevo Régimen Especial de Pesca en el sur, técnicamente es posible, no se perjudica al sector artesanal y debe darse en bien de todos los peruanos.
La pesca, por el procesamiento de la anchoveta en harina y aceites, prácticamente ha soportado la crisis que pasa el país por la desaceleración y falta de inversión pública y privadas.
Este 2018 el sector pesca ha desembarcado más de 7 millones de TM, ha generado S/ 4,800 millones. Es el sector de mayor crecimiento del país 40%; el desembarco para el consumo humano indirecto ha sido de 91,2% y el consumo humano directo entre pesca marítima, enlatado, congelados y otros, ha sido de 6,2%, este porcentaje debe cambiar en la medida que se establezcan mejores campañas de consumo del pescado anchoveta, pez que rebasa en proteínas y Omega 3.
La pesca de la anchoveta en el pasado 2018, ha sido el soporte de la economía nacional y esta se ha dado de una manera ordenada y cuidando al máximo la especie y su reproducción.
Todo este tema no es ajeno a la realidad de los pueblos del sur; Ilo tuvo su auge, su desarrollo y el movimiento de servicios tradicionalmente estuvo siempre ligado a la pesca, sobre todo industrial; hoy no se ve nada de ello; las fábricas han cerrado y han colapsado miles de familias que directa o indirectamente dependían de este rubro.
El Congreso de la República y el Ejecutivo con la ministra Rocío Barrios, debe analizar con urgencia esta zona, que es diferente a la realidad del centro y norte; se puede crecer más y dar bienestar a la población, pero se debe ajustar algunos decretos como la 005, que atenta contra el desarrollo de la región y el país. Es mi opinión.