Ganarán, pero no convencerán – II

Están jugando con fuego al permitir esta manera de actuar del sistema judicial porque sólo traerá insatisfacción e injusticia en los peruanos y no nos dejan, por eso, otro camino que la protesta popular y las marchas callejeras.

POR: MANUEL PINTO MOSCOSO (mpinto@cee.uned.es)      

Estamos contemplando cómo la manipulación y la desvirtualización institucional y el uso partidista de las instituciones tutelares del Estado nos están mostrando su peor nivel y alcance profesional y ético. Poco más y se parece a las obras de Franz Kafka en las que el ser humano se encuentra ante la impotencia frente a lo externo y en el que unos jueces lo aplastan sin él poder ver quiénes son los que lo están juzgando, sin saber de qué lo acusan, sin normas que él conozca, sin procesos que sigan un orden y todo esto en un contexto de absurdo total.

Para saber si ha habido fraude en las elecciones ─pensemos por un momento que no─ sólo puede hacerse siguiendo unas mínimas normas procesales de investigación por el JNE y éstas, al menos, requieren de la comprobación y revisión (como decía) de Informes de la RENIEC, del Padrón Electoral y de Peritajes Grafotécnicos ¿Cómo pueden declararse infundadas si no se ha procedido de esta manera? ¿A tanta pérdida de valor han llegado nuestras instituciones como para violar postulados tan sagrados en el mundo del Derecho como son el derecho a la prueba, el contraste de hechos y normas, el debido proceso en el que toda persona tiene derecho a unas garantías mínimas a ser oído y hacer valer sus legítimas pretensiones frente a los jueces, la garantía constitucional de neutralidad e imparcialidad de los jueces, etc.? ¿Están dejando de cumplir y saltándose olímpicamente estos fundamentos básicos de nuestro Derecho y de nuestra Justicia y no va a pasar nada?

Decir, como está haciendo el JNE, que la verdad debe verla un Juez es derivar y abdicar de su responsabilidad que, por otra parte, debería tener sanción penal pues constituiría delito dejar de administrar justicia, en este caso, justicia electoral. ¿Dónde están mis compañeros de San Marcos discípulos del profesor José Hurtado Pozo penalista de reconocido prestigio y hoy miembros de la Corte Suprema como Víctor Prado o del Ministerio Público como Pablo Sánchez que no se manifiestan ante los atropellos que vienen cometiéndose por parte del JNE y de la ONPE? Un compañero suyo en el Ministerio Público preside hoy el JNE.

Es eso lo que aprendimos de nuestros maestros sanmarquinos ¿el uso instrumental de la Justicia? ¿A qué nivel de degradación institucional nos ha llevado el poder político? Van a ganar, decía, pero no conseguirán borrar de nuestras memorias el uso fraudulento de instituciones tutelares como son el RENIEC, la ONPE, el JNE, la JNJ, etc. Y van a ganar no porque no confiáramos en la verdad y la justicia sino porque estos señores fueron puestos allí para eso: para manipular las cosas al margen de si teníamos razón o no. No importaba. La decisión “política” revestida, dicen, de proceso legal estaba ya aprobada como lo estamos viendo.

Deberían aprender de un modesto Jurado Electoral Especial-JEE de provincias, Huancavelica, que sí se atrevió a pedir Informes de RENIEC y el Padrón Electoral a la ONPE y ha resuelto que hubo fraude electoral, aunque sea en dos (2) actas que serían suficientes para que estos señores del JNE resolvieran siguiendo el ejemplo de ese JEE. Todavía quedan magistrados honorables en nuestra Patria y esto hay que saludarlo.

Es decir, lo que necesitamos con urgencia es una reflexión de mayor alcance y profundidad. Lo que está en juego con las elecciones y con el comportamiento de estos magistrados, pero no sólo de ellos, es un modo de hacer política que no respeta el ordenamiento legal porque, según la teoría marxista, obedece a los intereses de la clase burguesa y dicho ordenamiento legal no es válido. Y así de buenas a primeras no lo respetan cuando lo que deberían hacer, pero no harán, es proceder a su cambio cumpliendo el proceso democrático de modificación y reforma de las leyes o de la Constitución.

Ahora, eso sí, dan la apariencia de administrar justicia, guardan las formas y hacen como que estudian los recursos presentados, pero no consideran, aprecian, ni valoran jurídicamente los argumentos de la defensa porque ya tienen la Resolución final redactada. Y llegados a este punto pregunto ¿por qué no han declarado ya ganador a Castillo si se toman tan alegremente el proceso electoral y así nos ahorramos tiempo?

Esto amables lectores es romper el sistema constitucional y legal que nos hemos dado los peruanos. ¿Podemos cambiarlo? Por supuesto que sí, pero siguiendo un procedimiento ya reglado y aprobado también. Desgraciadamente, como observamos del papel que están jugando las instituciones antes mencionadas, en lugar de defender la legalidad y la vigencia del actual ordenamiento jurídico lo desestabilizan, lo manipulan y lo deslegitiman. Así ¿qué peruano va a confiar en ellas? ¿Cómo podemos dejar que conflictos sobre nuestro honor, nuestro patrimonio o nuestras actividades lleguen a manos de estos magistrados?

Están jugando con fuego al permitir esta manera de actuar del sistema judicial porque sólo traerá insatisfacción e injusticia en los peruanos y no nos dejan, por eso, otro camino que la protesta popular y las marchas callejeras.

Y en buena hora que así sea y que no vengan a dar lecciones de gobernabilidad y de cómo proceder con la democracia y la justicia. Como decía en otro artículo, acabaremos agradeciéndoles que nos hayan dado muestras de tal indignidad con todo lo que están haciendo que eso nos permitirá reaccionar. Y esta vez debemos reaccionar si queremos que un nuevo Perú empiece a renacer.

Mientras se va tramitando en las calles de Lima un Referéndum por la Asamblea Constituyente previa firma y huella digital a cambio de un (1) kilo de fideos. ¿Así entienden estos señores la lucha contra la pobreza y la miseria? ¿Y la dignidad de los pobres? ¿No tiene ningún valor tampoco?

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