En el Día Mundial del Agua

Por: Dr. Graciano Del Carpio Tejada    

Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua y esto con el propósito de dar relevancia a este esencial líquido. Conocemos que todas las actividades sociales y económicas dependen fundamentalmente del agua y de su calidad, y aproximadamente 2500 millones de personas viven sin acceso al agua potable. Esta celebración tiene el propósito de concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de tomar las medidas que nos permitan prever que esta crisis está incrementándose.

En 2022, el tema se concentra en la importancia de las aguas subterráneas, recurso que no se observa, pero que influye determinantemente en el equilibrio del agua en el planeta y del que dependen los ecosistemas. Las aguas se encuentran bajo tierra en los acuíferos y que incrementan los ríos, lagos manantiales y humedales.

Nuestro país cuenta con enormes recursos naturales y una gran biodiversidad. Sin embargo, el uso indebido durante años de los recursos hídricos por parte de la industria fabril, las consecuencias del cambio climático, una población con un crecimiento desmesurado y una práctica en la agricultura inadecuada, han incrementado la escasez del agua, obstaculizando los esfuerzos hacia un desarrollo sostenible.

El Perú es uno de los países más ricos del mundo en agua, el problema radica fundamentalmente en la distribución desigual. Según la Autoridad Nacional del Agua el volumen anual promedio de agua en el Perú es 1’768,172 de metros cúbicos, lo cual nos hace pensar que nuestro país no presenta ningún problema en el abastecimiento de este recurso; sin embargo, el 97.27 % de la disponibilidad del agua está en la sierra y la amazonia, que alberga tan solo el 30.76% de la población. Por otro lado, el 2.18 % de la disponibilidad de agua se encuentra en la vertiente del Pacífico que alberga al 65,98 % de la población. Por esta razón en la costa peruana es preocupante esta situación. Se dice que aproximadamente 345 mil personas que viven en Lima se abastecen a través de camiones cisternas, lo que les supone un elevado costo a diferencia de los hogares que cuentan con este servicio.

Entre las principales causas de la escasez de este recurso están: la degradación de los ecosistemas reguladores en las cuencas altas por el sobrepastoreo, cambio de uso del suelo, pérdida de bofedales por ganadería, deforestación, la variabilidad climática y el incremento de la temperatura. Sumado a estos factores, se encuentra también la contaminación de las aguas superficiales y de los acuíferos. Las aguas residuales no tratadas; relaves mineros; lixiviados de basureros, así como la minería ilegal; la contaminación; y el agotamiento de los suelos producto del uso de agroquímicos, residuos sólidos, entre otros, indicen directamente sobre la calidad del agua.

En este sentido, tanto las empresas como la sociedad civil tienen una gran responsabilidad pues consumen innecesariamente grandes cantidades de agua potable y la devuelven contaminada. Actividades cotidianas como el lavado de manos, dientes, baño, actividades de cocina, el riego de jardines en ciudades de la costa, el lavado de automóviles dentro de los ríos, son algunas de las prácticas más frecuentes e insostenibles.

Debido al cambio climático se ha incrementado la temperatura generando el derretimiento de cerca del 53% de los glaciares tropicales de Perú. Debido a esto, afrontamos sequías cada vez más mayores con elevados riesgos de incendios, pérdida de producciones agrícolas y tierras para el ganado, malnutrición, deshidratación y enfermedades, hambruna debida a la escasez de alimentos, migración de animales, daños al hábitat, pérdida de biodiversidad y pérdidas económicas.

La escasez de agua impacta directamente en la economía del país, incrementa las desigualdades sociales y los conflictos. Si nos referimos al agua en Mollendo, tendríamos que pensar en que es poca el agua que abastece nuestra localidad y no en buenas condiciones, mientras no estemos abastecidos de agua o suficiente, no hay ninguna posibilidad de mantener bien nuestra salud y por otro lado, generar industria.

No hay ninguna posibilidad de que nuestros países avancen hacia un desarrollo sostenible si no se garantiza primero el acceso al agua potable.

¡El agua no es responsabilidad de un sector: es responsabilidad de todos!

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