#COVID-19 | POR: TRINIDAD SUSANA CANCHARI VARGAS
Para enfrentar la mala atención en los hospitales de Moquegua e Ilo, debemos unirnos toda la población y realizar nuestro reclamo, para una mejor atención, si hoy tocó a un familiar otro día nos puede tocar a nosotros, es hora de poner un alto a la falta de consideración a un enfermo de Covid.
No Hay atención de calidad, no existe un equipo de cuidados paliativos, y que son los cuidados paliativos, pues una rama de la medicina que se encarga de prevenir y aliviar el sufrimiento, así como brindar una mejor calidad de vida posible a pacientes con enfermedad grave que compromete su vida y el bienestar de la familia.
Si no se puede visitar, hay alternativas una de ellas es las llamadas por teléfono, para las personas que se encuentran aisladas se podría realizar video llamadas, para eso se debería implementar con tabletas. Esto aliviaría el dolor de las personas ingresadas al hospital
En estos días los pacientes y sus familias se podrían refugiar en los psicólogos, el sufrimiento por el que pasan estas personas no es igual por una muerte común, cuando alguien padece de este virus no hay despedida así lo dice el protocolo esto aumenta el dolor, razón de más para contar con la asistencia de los profesionales.
El hospital debería contar con un equipo de apoyo que se encargue de realizar las llamadas a los parientes del estado de evolución de los pacientes, asimismo realizar algunas video conferencias para poder dar ánimos a los enfermos así poder aliviar un poco la angustia de los pacientes y familiares, otros países lo hacen, por qué Perú no.
Los párrocos, deberían de brindar ayuda espiritual a todas las familias que se encuentran pasando este dolor.
Esto lo digo con sentimiento porque en su momento no se nos ocurrió, pero ahora que nuestro padre no está con nosotros, les digo a todos que podemos escribir una carta, si nuestro familiar está internado y puede leerlo se animara, si no puede leerlo alguna persona de salud, puede leerlo y confortarse con lo escrito, hagamos esto para facilitarle la estadía dentro.
Necesitamos urgente crear un organismo que se encargue de la defensa de los derechos del paciente.
CONCLUSIÓN
Comparto lo que dijo en su artículo Rodrigo Gutiérrez Fernández, en la Revista Clínica de Medicina de Familia. El proceso de enfermar hace que las personas se sientan más vulnerables y frágiles, por lo que resulta fundamental la actitud de los profesionales, dispuestos a respetar a las personas y su dignidad en la interacción con ellas.
En este sentido, la presencia humana ante las personas enfermas con dolor y sufrimiento, se hace insustituible: mirar, hablar, sonreír, mostrar empatía, escuchar, mostrar sensibilidad y comprensión con la situación de la otra persona.
En España los médicos jubilados se ofrecen voluntarios para trabajar gratis, están dispuestos a arrimar el hombro para frenar la pandemia. Los estudiantes de salud, también colaboran en esta causa.
En Perú los médicos solicitan licencias para no trabajar, algunos argumentan que tienen patologías o una edad avanzada que les hace vulnerables para trabajar.
En España, aplauden al personal sanitario, para reconocer la labor frente a la enfermedad.
En Perú, aún no se escuchan los aplausos, ¿por qué será? ¿Que nos está faltando?
Depende de nosotros poner nuestra propia humanidad, para ayudar a los más desvalidos.
También hay que reconocer que hay médicos enfermeras técnicas y todo el que labore en salud que son verdaderos héroes de la guerra contra el enemigo invisible. A ellos que se sacrifican y están a favor de la salud, dando la cara en esta batalla.
