POR: ROCÍO CORNELIO AIRA
Los conflictos en Venezuela y el ansia por el poder del Chavismo nos recuerdan lo mal que gobierna la izquierda en ese país. Esa costra que vive del Estado los ha llevado a mayor pobreza y migración. La tabla muestra una comparación del PIB per cápita (en euros) entre Venezuela y Perú durante el periodo 2012-2024, reflejando la drástica caída del PIB per cápita en Venezuela mientras que el de Perú muestra un crecimiento constante.
En 2012, Venezuela tenía un PIB per cápita de 12,688 euros, muy superior al de Perú. Sin embargo, para 2024, este indicador cae a 3,867 euros, representando una disminución de aproximadamente el 70% en 12 años.
Entre las causas principales destacan: Políticas económicas populistas, como la nacionalización de empresas, controles excesivos de precios y cambios abruptos en las reglas del mercado. Corrupción generalizada y mal manejo de los ingresos provenientes del petróleo. Crisis institucional, con decisiones autoritarias que alejaron inversiones internacionales y fomentaron sanciones económicas. Hiperinflación, que ha desvalorizado el bolívar y provocado la pérdida del poder adquisitivo. Migración masiva, que implica la pérdida de capital humano y agrava el declive económico.
¿QUÉ PASA EN PERÚ?
Si bien Perú no es perfecto, está lejos del desastre venezolano. El Banco Central de Reserva protege el valor de la moneda y las reservas internacionales, lo que ha permitido un crecimiento constante del PIB per cápita: de 5,164 euros en 2012 a 7,539 euros en 2024, representando un incremento del 46%.
Factores como la estabilidad macroeconómica, la promoción de exportaciones no tradicionales y los tratados de libre comercio han favorecido la competitividad. Aunque no está exento de problemas, Perú ha evitado colapsos similares gracias a instituciones relativamente sólidas.
¿UN GOBIERNO DE IZQUIERDA RADICAL EN PERÚ?
La historia económica de Venezuela es un claro ejemplo de los efectos negativos de políticas económicas radicales y populistas. Si Perú adoptara un modelo similar, los riesgos incluirían:
Nacionalizaciones o restricciones al mercado que podrían provocar fuga de capitales. Debilitamiento de las instituciones independientes, derivando en conflictos internos y externos. Control de precios y políticas insostenibles que afectarían los niveles de vida y la distribución de recursos.
La experiencia de Venezuela demuestra cómo un gobierno de izquierda radical, basado en la intervención excesiva del Estado y decisiones económicas populistas, puede llevar a una contracción severa del PIB per cápita y al deterioro general del bienestar de su población.
En contraste, Perú ha mantenido estabilidad económica gracias a políticas responsables y apertura al comercio. Si Perú adoptara políticas similares a las de Venezuela, enfrentaría un daño significativo en su economía, con efectos devastadores como el aumento de la pobreza, el deterioro de las instituciones y el aislamiento económico.
