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Todo se aprieta

Por: Mauricio Aguirre Corvalán

Quedan dos semanas para las elecciones presidenciales, y la definición se hace cada vez más impredecible. De acuerdo a la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) para el diario La República, hemos salido del escenario quien pasará a la segunda vuelta con Yonhy Lescano, el candidato de Acción Popular, para ingresar al escenario seis candidatos pelean voto a voto por alcanzar la segunda vuelta. De aquí al 11 de abril cualquier cosa puede pasar. Serán días de infarto y de estrategia fina para los candidatos y sus equipos de campaña.

Cuatro datos son lo más notorio de esta última encuesta del IEP. Uno es la caída en 2.5% de Yonhy Lescano en relación al sondeo realizado hace 15 días, que pasa de 13.9% de intención de voto a 11.4%. El otro es el repunte de Verónika Mendoza de Juntos por el Perú que sube 2.6% y pasa de 7% a 9.6% con lo que técnicamente empata el primer lugar junto a López Aliaga y Lescano. El tercero es la inesperada subida de Hernando de Soto de Avanza País en 2.8%, lo que hace que trepe de 5.7% a 8.5% y empate las preferencias electorales con Forsyth y Fujimori. Y el cuarto dato interesante es como George Forsyth de Victoria Nacional ha logrado revertir su estrepitosa caída e incluso conseguir subir 1.4% respecto al sondeo anterior.

Los grandes perdedores son Rafael López Aliaga de Renovación Popular y Keiko Fujimori de Fuerza Popular. Con 0.2% y 0.7% respectivamente de variación en la intención de voto respecto del sondeo anterior del IEP, se han estancado en su crecimiento electoral. Esto en una elección tan ajustada, debería ser realmente preocupante para cualquier candidato.

En toda esta movida de votos, Lescano ha perdido votos en Lima y en el sur, mientras que Mendoza gana electores en Lima, en el norte y en el centro y logra mantener su votación en el sur. López Aliaga sube su votación en Lima y en el sur, pero pierde terreno en el norte y sobre todo en el centro. De soto mantiene su votación en Lima, pero logra subir en el norte, centro y considerablemente en el sur del país.

Pero en este escenario tan parejo, hay un factor que puede ser decisivo en esta elección. Los votos nulos y en blanco suben de 2.2% a 20.2%, lo que significa que para ese grueso de electores ningún candidato lo convence y que no le ayudarán a resolver sus problemas. Pero también hay que considerar que ese grueso de electores muchas veces decide el candidato por quién votará sólo horas antes e incluso en la cola de las mesa de sufragio. El voto por nadie y no sabe no opina se ha reducido considerablemente y pasa de 28% a 6.3%. El elector empieza a definir su voto, pero la mayoría prefiere el blanco o viciado antes que un candidato.

Con el final de la campaña más cerca, la exposición de los candidatos es mayor y es allí donde aparecen aciertos y errores que son percibidos por el elector. Lescano parece haber perdido con su participación en el debate organizado por América Televisión, donde no presentó propuestas claras, mientras que Mendoza si mostró tener claro que haría de llegar a Palacio de Gobierno. A estas alturas un error puede ser fatal.

En una elección en la que los candidatos parecen no tener la capacidad de conectar con lo que la gente necesita para ver un horizonte de solución a sus problemas del día a día, y además en los peores días de esta feroz segunda ola de la pandemia, todo es una incógnita. Lamentablemente lo único certero es que salga quien salga elegido, tendremos un gobierno bastante debilitado, incluso más que el de Pedro Pablo Kuczynski en el 2016, que estará obligado a dialogar y buscar consensos con el Congreso, que será muy fragmentado y sin mayorías claras. Visto el escenario actual de pandemia y crisis económica, nos esperan cinco años difíciles.

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