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24 febrero, 2025 1:15 am

Saludos a la GUE Simón Bolívar

También recuerdo la sonora campana que tocaba mi tío Marianito Fala, anunciando el recreo de las 10 de la mañana.

POR: HUMBERTO AJAHUANA FALA   

Recuerdo de nuestro querido colegio, la Gran Unidad Escolar (GUE) Simón Bolívar, donde pasé los felices años de 1966 a 1971. Su inolvidable local antiguo, su enorme patio rodeado de cuatro o seis piletas pequeñas donde podíamos tomar agua directamente del caño. Agua limpia y potable de la antigua Moquegua, sin contaminación. En el mismo patio se estacionaban un centenar de bicicletas de los compañeros que podían llegar al colegio sin peligro, gracias al escaso tránsito de esa época. También recuerdo la sonora campana que tocaba mi tío Marianito Fala, anunciando el recreo de las 10 de la mañana.

De esos tres recuerdos, ya nada existe, pero nunca se borrarán de la memoria…

En la formación de los lunes, cantábamos el Himno Nacional con el apoyo de la primera voz de Jesús Dancé, mejor que la pista musical que no siempre funcionaba bien. En esa época usábamos el uniforme caqui, con corbata y galones rojos, que nos obligaban a llevar don Lucho Trabuco, don Gastón Bengoa, Carlos Rodríguez y otros recordados auxiliares que conducían la disciplina.

Cuando pasa el tiempo y han transcurrido más de medio siglo de aquellos años, uno recuerda las anécdotas y situaciones que quedan más en la memoria que los conocimientos académicos. Por ejemplo, la inauguración de la piscina, que se alimentaba con agua del río Tambapalla, sin mucha contaminación, aunque, a pesar de los tres pozos con filtro, a veces se escapaba algún batracio que nos acompañaba en el agua.

Cierta vez, le pedimos al profe Juan Palacios que, en lugar de hacer clases, fuéramos a la piscina para disfrutar de un fresco baño.

Los paseos campestres en el mes aniversario eran fabulosos. Cuando uno de los buses no cumplió con trasladarnos, don Guido Badoíno, padre del compañero Guido, nos llevó en su camioneta hasta el mismo valle, donde, después de un refrescante baño, disfrutábamos de la tradicional parrillada y un vino moqueguano.

Los profes más queridos y recordados fueron Enrique Koc, Miguel Constantinides, quien insistió tanto en la buena redacción; Amador Amado, Manuel Vera, quien nos enseñó la regla de tres simple, que hasta el día de hoy uso en mi trabajo; Saúl Pérez, Miguel Palao, William Cornejo, y otros profesores que recordamos con cariño.

Los compañeros más recordados son Adolfo Cuéllar, Saúl Coayla, Óscar Sologuren, José Becerra, Pancho Díaz, y tantos otros que seguramente escribirán sus recuerdos en estas páginas.

También son inolvidables aquellos que ya no están con nosotros: Guido Badoino, Valentín Flor y Antonio Ramos. Espero que nos encontremos multitudinariamente el próximo septiembre, festejando los 200 años de nuestra querida Gran Unidad Escolar.

Un fuerte abrazo…

Análisis & Opinión