Por: Edgard Norberto «Beto» Lajo Paredes
La extraordinaria novela “Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes, narra la experiencia ficticia de Sancho Panza, como Gobernador, quien recibió sabios consejos de Quijote, para una buena gestión pública. Un duque (título nobiliario medioeval europeo) le ofrece a Sancho Panza el gobierno de una ínsula (lugar pequeño o gobierno de poca entidad), a lo que Quijote, comenta: “por muchas experiencias sabemos que no es menester ni mucha habilidad ni muchas letras para ser uno gobernador, pues hay por ahí ciento que apenas saben leer, y gobiernan como unos gerifaltes (ladrones); el toque está en que tengan buena intención y deseen acertar en todo, que nunca les faltará quien les aconseje y encamine en lo que han de hacer … Aconsejaríale yo que ni tome cohecho ni pierda derecho (que ni acepte sobornos, ni renuncie a lo que le corresponde) (Edición del IV Centenario, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, 2004, p. 803). El escudero, dice: “deseo tengo de probar a qué sabe el ser gobernador” (p. 866).
Esto fue escrito en 1605, hace cuatro siglos, sin embargo, en nuestro país, tenemos alcaldes, gobernadores y presidentes, sin preparación para gobernar, cuya oportunidad la desperdician porque pudiendo hacer bien las cosas, las hacen mal, confunden cohecho con derecho, en vez de adquirir capacidad, actúan con rapacidad. Es evidente no conocieron el consejo de Quijote.
Continúa Quijote: “préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio” (p. 868), “no utilices a tu mujer para que reciba los beneficios que tú simulas rechazar”. “Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre” (p. 869), “Sé padre de las virtudes y padrastro de los vicios”. “Visita las cárceles, las carnicerías y las plazas (los mercados), que la presencia del gobernador en lugares tales es de mucha importancia: consuela a los presos, que esperan la brevedad de su despacho (el momento en que se preste atención a su caso); es coco (asusta) a los carniceros, que por entonces igualan los pesos (restablecen correctamente las balanzas trucadas), y es espantajo a las placeras (las vendedoras de los mercados), por la misma razón”. “No te muestres codicioso, mujeriego ni glotón”, “mita y remira, pasa y repasa los consejos y documentos (instrucciones) que te di por escrito” (p. 942).
Son consejos muy sencillos, pero, de practicarlos nuestros gobernantes, los resultados serían muy beneficiosos para todos.
Ahora leamos a Sancho Panza: “no he tenido lugar de hacer cohechos ni de cobrar derechos” (p. 972-973), “si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen de él que ha sido un ladrón, y si sale pobre, que ha sido un mentecato” (p. 973). “A buen seguro -respondió Sancho- que por esta vez antes me han de tener por tonto que por ladrón” (p. 973), “No he pedido prestado a nadie, ni metídome en granjerías; y aunque pensaba hacer algunas ordenanzas provechosas, no hice ninguna, temeroso que no se habían de guardar (acatar), que es lo mismo hacerlas que no hacerlas” (p. 974), “yo entré desnudo en el gobierno y salgo desnudo de él, y así podré decir con segura conciencia, que no es poco: Desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano” (p. 980).
Queda claro: Sancho Panza, no robó en su gobierno, prefirió ser tonto a ladrón, y, no emitió ordenanzas porque no se iban a aplicar. En la actualidad, la autoridad, prefiere ser ladrón a tonto; hoy el Congreso aprueba leyes, el Ejecutivo dicta decretos y reglamentos, los gobiernos regionales y gobiernos locales expiden ordenanzas y acuerdos. Pero, no las hacen cumplir, creen neciamente, que la legislación se cumple por sí mismo, no es así.
Quijote y Sancho, son el promedio del buen asesor gubernamental y del buen gobierno, respectivamente, del siglo XVII. En el presente siglo XXI, los gobiernos, de los tres niveles, tanto en asesoramiento como en gestión gubernamental, están muy por debajo del promedio; lo cual es una palmaria demostración de estar en crisis de gestión estatal, crisis de representación, crisis de organizaciones políticas, crisis de planes de gobierno, crisis de elección. Son varias crisis. Leamos a “Don Quijote de la Mancha”.