POR: JULIO FAILOC RIVAS    

El fracaso de la iniciativa de la vacancia presidencial es una muestra de sobrevivencia obligadas para ambos poderes del Estado. Al parecer existe un pacto implícito y a regañadientes entre el Ejecutivo y el Legislativo; la desaprobación de uno está peor que la del otro, pero da igual porque la gente ya no quiere a los dos. La consigna que se vayan todos ha empezado a tomar fuerza según las encuestas del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) e Ipsos Perú y ello mantiene asustado a más de un congresista.

El presidente entró en pánico porque su “gabinete en la sombra” le habría hecho creer de la fabricación de un audio comprometedor está en camino y que su vacancia era inminente. Esta sería la razón de las declaraciones destempladas de Castillo y de su premier Torres, además de la movilización desesperada de su equipo de relaciones exteriores para que la OEA participe en la discusión de la moción de la vacancia presidencial en el plenario del Congreso.

En la misma dirección, pero en sentido contrario, más de un padre de la patria habría calculado que si vacan al presidente las calles empezarían a moverse y exigir que se vayan todos, que no quede ninguno. Esto explica por qué los votos logrados para vacar a Castillo fueron menos de los que aprobaron la moción de vacancia.

Y razones no les faltan a los trémulos congresistas si revisamos las últimas encuestas de Ipsos Perú e IEP respectivamente, aun cuando las cifras no coincidan a pesar de que la información levantada es de marzo. Mientras IEP consigna un incremento del 5%, para Ipsos Perú ocurre lo contrario mostrando una reducción del 3% en la desaprobación del presidente Pedro Castillo. Algo parecido ocurre con la aprobación del presidente, para IEP cae de 28% a 24%, mientras que para Ipsos Perú sube del 25% al 26%.

Sin embargo, lo que les preocupa a los congresistas son los puntos en las cuales coinciden las dos encuestas.  Ambas señalan que de caer el gobierno o de aprobarse la vacancia presidencial lo más conveniente sería convocar a elecciones generales y se elija nuevo presidente y nuevos congresistas con un 80% en el caso de IEP y del 74% de Ipsos Perú. Solo un 9% señala que debería asumir la presidencia Dina Boluarte y solo un 5% apostaría que haya elecciones presidenciales y se mantengan los mismos congresistas.

Si bien hay una mayoría relativa en las dos encuestas a favor de la vacancia (del 50 y 52%), también hay un segmento importante que no quiere la vacancia presidencial (del 47 y 45%), lo cual resultaría peligroso embarcarse en una aventura de esta naturaleza que podría incendiar la pradera, no en defensa de Pedro Castillo, pero sí para exigir que se vayan todos y que no quede ninguno. Y al parecer este sería la conclusión a la cual habrán llegado una parte importante de los congresistas que terminaron por abstenerse de vacar al presidente.

Hemos repetido hasta la saciedad que existe un candado para la vacancia presidencial y esta tiene que ver con el riesgo de los congresistas de perder su curul parlamentaria. El presidente no es el único asustado, también lo están los congresistas y vaya que están más que asustados.

En el entender de la mayoría de congresistas, aún no han recuperado ni el uno por ciento de lo invertido de manera que por ahora el Congreso ha indultado a Pedro Castillo de la vacancia hasta nuevo aviso o cuando aparezca un audio que comprometa directamente al presidente.

Llegado el momento, con pruebas y todo, ¿se atreverán a vacar al presidente Castillo?