¡No jodan!

Todo el peso de esta desgracia no solo está en manos de Dina, sino está en manos de un Congreso que en este momento tiene más del 88 por ciento de desaprobación y que es manejado por una mesa directiva que está al servicio del fujimorismo …

POR: ENRIQUE LAZO FLORES   

Superamos los 60 días de movilizaciones con un saldo que nadie en su sano juicio podría haber calculado aun siendo más radical en sus objetivos a lograr, contando con el poder que emana del pueblo, esta vez dirigido a solo dos o tres objetivos, como es la renuncia de Dina Boluarte, nuevas elecciones y consulta popular para una nueva constitución. Esta última convertido en el verdaderos “cuco” de la derecha.

En este escenario el pueblo entero se mantiene en sus trece y no se inmuta pese a que ya tuvieron bajas que sobre pasan los 61 muertos, o sea uno por día, mientras la presidente Dina Boluarte no se inmuta y parece que ella viviera en otro país que no es Perú, porque las noticias de los medios que están a su servicio, maquilla los hechos que pasa en las calles haciéndola creer que está bien el rumbo de su gobierno.

Craso error que la hacen vivir, porque la prensa de la calle, o sea la alternativa y la prensa internacional, a la que ella trató de engañar con mentiras, está desnudando la realidad de este país que se debate a diario entre el gas que hace llorar, las piedras que dejan heridos y las balas que silencian para siempre, esperando que Dina deje el poder para llamar de inmediato a elecciones generales.

Esa realidad es la que se vive en el Perú, la que ella no ve, no sabemos si es porque no quiere ver que su pueblo se muere, o es que no la dejan ver televisión, ya que ella misma dio muestras que está secuestrada porque los intereses no dejan que renuncie y se mantiene en el poder, terca cual gladiadora que defiende su sillón, cual escudera que defiende los intereses de su “corona” de ser la primera presidente del Perú, pero de un Perú que se desangra, lo que parece no importarle nada.

Todo el peso de esta desgracia no solo está en manos de Dina, sino está en manos de un Congreso que en este momento tiene más del 88 por ciento de desaprobación y que es manejado por una mesa directiva que está al servicio del fujimorismo con el soporte de las “bancadas satélites”, que están cavando su sepultura, porque todo indica que la asonada va para más, el pueblo no se rinde y se acentúa las movilizaciones. Ahora Lima empezó a salir, y también la muerte vuelve a aparecer y está cambiando el panorama.

Las propuestas y “jugadas” se ven que se manejan desde palacio, y es con el consenso de Dina, la aprobación de Otárola que es el que gobierna en la sombra y el gabinete en su conjunto, salió la última propuesta que fue anunciado y  puesto a debate alegremente por el presidente de la Comisión de Constitución, que las elecciones serían en octubre del 2023, que fue aceptado con cierta alegría de casi todos los congresistas, parecía haberse encontrado la fórmula, pero en el camino se fueron dando cuenta que en esa propuesta “algo había de contrabando” y faltaba algo más, prolongar el mandato presidencial por más de cinco años y seis meses más de gobierno y que se incluya la consulta, sobre si se quiere o no una nueva constitución, lo que permitió el “rompimiento del cántaro de agua”, volviendo todo a cero hasta el día de hoy, mientras la calle sigue hablando fuerte, siguen las piedras, siguen los gases y siguen las muertes.

Este debate duró hasta la madrugada del día sábado y se vio a un presidente de la mesa directiva, agotado, en momentos descontrolado y en muchas ocasiones intolerante y hasta amenazador con los congresistas que pedían la palabra hasta porque alguien dijo mediocre, o se sentían aludidos, situación que le iban minando la paciencia de un ex militar entrenado para sostener momentos de presión, de situación de tolerancia, pero, esta vez, se vio a un Williams Zapata sin tacto, ni mando para sostener a un congreso que por la calentura del debate, se le iba escapando de las manos.

Ya no vale posturas de arrepentimiento, es más, no hay y nunca lo hubo, Dina.

Boluarte nunca mostró su verdadero arrepentimiento al decir que me perdonen por las muertes, jamás habló con la verdad al llamar al diálogo y luego enviar a Puno militares, mintió a la prensa internacional al decir que la policía no mató a nadie y el pueblo se mató en la avalancha, – de qué, de cuándo y cómo? – y que le dice a la OEA, que su compromiso solo era sacar un proceso electoral lo antes posible, pero ¿cómo? Ni ella misma lo sabe.

Sus frases irán a la historia de su mandato, de ser la primera mujer presidente del Perú, con las manos manchadas de sangre, con más de 60 muertes en su haber, que hoy piden justicia, no creo que los gritos mudos de los muertos, la dejen dormir tranquila.

A ello habría que sumarle las intolerantes frases del presidente del Congreso, al cerrar la última sesión del pleno al ver que no se aprobaba lo que acordaron en Palacio de Gobierno, con frases que pasarán a la historia. «Se suspende la sesión hasta mañana a las 9.30 de la mañana. No jodan», y es lo que se escuchó decir a un alterado presidente del Congreso, Williams Zapata que no pudo controlar al fuero parlamentario que, ante la iniciativa presentada por “Nano” Guerra García, no pudo direccionar a su aprobación, como que tampoco puede calmar a la población que crece en su intento de exigir la renuncia de Dina Boluarte y el cierre de este Congreso, que camina a su sepultura. Creo que con justa razón. No jodan.

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