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No es cuestión de leyes, es cuestión de hombres

Por: Lic. Yessica C. Rodriguez Torres   

Segundo tiempo de Coronavirus en el Perú y, muchos nos preguntamos, ¿se repetirán las historias del año pasado?

Nuevamente veremos gente que cuenta con un sueldo fijo que recibe canastas (no importa quién las done), gente que es sabido no amerita la recepción de una canasta.

Canastas con víveres en pésimo estado, faltante en el peso de arroz o azúcar.

Y los bonos, ni qué decir, gente que con el bono ha dado un adelanto para comprarse un televisor, una lavadora o pagó la cuota de un vehículo. ¡Increíble!

Es cierto que podemos tener una vivienda de material noble y no tener dinero por la pandemia pero a esos casos no nos referimos.

Tantos de nosotros, seguro en casa, nos imaginamos ser consejeros del presidente de turno para sugerirle cómo repartir alimento en este tiempo apremiante.

Hoy escuchamos una de aquellas ideas que concebimos hace unos meses: dar directamente a los comedores populares y que los víveres deben ser repartidos por los miembros de las fuerzas armadas.

Es tan simple, o lo vemos así porque no estamos en el lugar del mandatario.

Caritas de niños y niñas que no tienen ni idea de cómo algún familiar hará para darles un poco de comida; ancianos que caminan con mucha dificultad y que están en nuestras manos totalmente; en fin, la pobreza en este tiempo peor.

Leyes, normas, ordenanzas, sin fin, pero nadie puede tener un policía o un integrante de serenazgo para que guíe sus acciones, cada persona decide qué hacer, lo terrible es que en este contexto de pandemia si te equivocas, pierdes… ¡y pierdes la vida!

Las autoridades en pleno no pueden cometer ningún exabrupto, ninguno; hay gente que confía en ellas, gente que no solo puede morir por Covid sino por hambre.

Por ello, más que una cuestión de leyes, es cuestión de hombres y mujeres, porque las leyes se hicieron para ser cumplidas, no para que duerman en las hojas de un texto por los siglos de los siglos.

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