POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

En el 2009, al conmemorarse el centenario del fallecimiento de esta ilustre moqueguana, el Jurado Nacional de Elecciones organizó una exposición temporal, y una muestra itinerante, que recorrió varios espacios culturales de Lima, como la Institución Educativa que lleva el nombre de Mercedes Cabello de Carbonera, la Universidad Pedro Ruiz de Montoya, y otros lugares.

La autora de novelas y ensayos críticos, había trascendido a su muerte, es una de las pocas mujeres nacidas en el siglo XIX, marcado por un profundo machismo, que vive hasta ahora en la memoria colectiva, porque pese a su desaparición física, no solo se le recuerda en Moquegua, sino, en todo el país. Es una figura que se ha quedado para siempre, en la literatura peruana, y en la historia de la lucha feminista en el Perú, por logros para la mujer a través de la educación, hasta alcanzar su condición de ciudadana.

Cabello de Carbonera nació en un mundo en el que el hombre era la figura central en la familia y en la sociedad, la mujer estaba condenada a una semiesclavitud familiar, y a una semiesclavitud social, no había espacio para ella, y las que se animaron a abrir surcos en ese camino de oposición a los cánones sociales impuestos, fueron tomadas como desviadas sociales, que asumían roles que correspondían a los varones.

Mercedes Cabello de Carbonera, la moqueguana nacida el 17 de febrero de 1842, fue una gran escritora, de pluma impactante, que hizo frente a la sociedad, no solo con denuncias sociales a través de sus escritos, sino, que escribió pensando en el futuro de la mujer, en las posibilidades de su acceso a espacios negados hasta entonces, por eso había que educárseles, para convertirlas en ciudadanas.

Hoy no se puede admitir un mundo de desigualdad basada en el sexo, las mujeres son ciudadanas en el mundo entero, y donde se les restringen los derechos, la lucha de ellas continúa, apoyadas por varones de su tierra, y por organismos nacionales e internacionales, que no admiten oposiciones por raza, sexo, credo, idiomas, y por otros indicadores sociales.

Cuando Mercedes Cabello de Carbonera murió, el imperante machismo era muy fuerte, y estamos seguros, que la notable escritora, sabía que eso iba a terminar en cualquier momento, porque el mundo no es inmóvil, los cambios advienen pese a las oposiciones y obstáculos que surjan de por medio.

Cabello de Carbonera es un ícono femenino para Moquegua; sus biógrafos la presentan como una escritora influenciada por la corriente positivista y por el naturalismo, al punto de considerársele como la iniciadora de la novela realista en el Perú, señalando que son obra suya 6 novelas de contenido social, entre las que se cuentan Blanca Sol (1888), Las consecuencias (1890) y El conspirador (1892). Asimismo, de su pluma salieron ensayos críticos, publicados a nivel nacional y en el exterior, que la enlazan al grupo de luchadoras y luchadores sociales por la emancipación de la mujer.

La prestigiosa literata, fue incorporada al Ateneo de Lima, y participó en el núcleo de tertulias de la argentina Juana Manuela Gorriti. No escapó a la incomprensión de la sociedad de su tiempo, viviendo una experiencia parecida a la de Clorinda Matto de Turner, quedando expuesta a cuestionamientos masculinos, que seguro se sintieron opacados por el surgimiento de plumas femeninas que gozaban de aceptación social.

Su vida terminó en el manicomio de Lima, pues a causa de padecer de sífilis, le sobrevinieron otras enfermedades, que le causaron la muerte, el 12 de octubre de 1909.