Por: Edgard Norberto «Beto» Lajo Paredes
Desde el año 2002, las burguesas empresas constructoras de la capitalista Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), y la organización proletaria de obreros de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil del Perú (FTCCP) de la comunista CGTP (Confederación General de Trabajadores del Perú), suscriben en armonía, el acuerdo bilateral en la negociación colectiva por rama de actividad, sin huelgas clasistas, sin paros armados y sin revolución socialista, tampoco, con manipulación neoliberal, represión fascista ni prepotencia derechista. Están juntos en comisiones multisectoriales de instancias del Estado, cuidando el Sector Construcción. El lema, ya no es “proletarios del mundo uníos”, ahora es: “obreros y empresarios unidos por la construcción”.
ESTO ES CONVIVENCIA DE CLASES
Sin duda, esto demuestra una evolución en la manera de ver las cosas, tanto de los líderes laborales como de los dirigentes empresariales. ¡Esto es convivencia de clases! ¿Atrás quedó la tesis de Carlos Marx de la “lucha de clases” entre proletarios y burgueses?
¿HEGEMONÍA DEL MARXISMO?
Si en la práctica se da la convivencia de clases (CAPECO y Construcción Civil), la economía de mercado (con emprendedores, aunque en informalidad), y la democracia política (movimientos regionales). ¿Cómo explicar, entonces, la hegemonía del discurso político marxista, leninista, maoísta en algunos sectores de nuestro Perú? ¿Es ignorancia política o estrategia popular? ¿Son marxistas, leninistas, maoístas las masas del pueblo que ayer apoyaron a Toledo, luego a Ollanta, después a Kuczynski, también a Vizcarra, con resignación a Sagasti, y con entusiasmo a Castillo? ¿Ante la decepción, de los mencionados, ahora se aprestarían a seguir a Antauro? En buena hora que cambian de caudillo, eso denota sabiduría popular, en cambio la derecha sí demuestra soberbia torpeza al no unirse en un frente, al no sintonizar con el pueblo, sino, aferrarse a sus intereses desconectados de los derechos de los trabajadores, consumidores, vecinos y ciudadanos.
¿CARLOS MARX TRAICIONADO?
Esta convivencia de clases entre los obreros de construcción civil y los empresarios constructores ¿significa que los proletarios han traicionado sus principios comunistas? O ¿Qué los empresarios se han vuelto socialistas? Ni lo uno ni lo otro, simplemente, el mundo ha cambiado y seguirán cambiando las ideas, el pensamiento, las propuestas, las relaciones, la economía, la política, etc.
Carlos Marx, publicó su obra cumbre “El Capital” el año 1867 del siglo XIX; ha transcurrido el siglo XX; estamos en el año 2024 del siglo XXI. La realidad económica, social y política que estudió, es Inglaterra en Europa; estamos en el Perú en América Latina o Indoamérica; en consecuencia, las tesis y conclusiones marxistas, de hace más de siglo y medio, han sido superadas por el devenir del tiempo, en el cual, han sucedido transformaciones diversas, por el avance de la ciencia y pensamiento de la humanidad.
EL ACIERTO DE HAYA DE LA TORRE
Haya de la Torre, afirmó: “los problemas de Europa, son diferentes de los de América Latina, por lo tanto, sus soluciones, tienen que ser también diferentes”. Parafraseando, al fundador del Aprismo, decimos, “los problemas del siglo XIX, son diferentes a los del siglo XX, y éstos son distintos a los surgidos en el presente siglo XXI. Por lo tanto, sus soluciones no pueden ser las mismas, sino las correspondientes a cada siglo o a cada etapa histórica.
PROPUESTAS MARXISTAS
Las propuestas marxistas: lucha de clases, dictadura del proletariado y supresión de la propiedad privada; las implantaron en Rusia, China, Cuba, Corea del Norte, no previstos por el filósofo, cuyos regímenes no tienen aceptación. No se han aplicado en Inglaterra, Alemania ni Francia, países donde, Marx vivió, estudió, actuó. Ello, no significa que Marx fracasó, no. Lo que pasa es que, las cosas cambiaron, variando esas condiciones de explotación y capitalismo salvaje, a mejoras progresivas que se fueron dando, por protestas sindicales, huelgas laborales, negociaciones colectivas, dación de legislación social por sus parlamentos; reconociendo la importante prédica humanista de la Iglesia Católica, iniciado en 1891 con la Rerum Novarum del Papa León XIII, la primera encíclica social.