POR: MG. GLORIA IVONY MAYNAS ESPÍRITU (ESPECIALISTA EN CONTRATACIONES DEL ESTADO – LICITACIONES) [CELULAR 952956134]
Nadie se imaginaba vivir una de las peores crisis sanitarias mucho menos estar en aislamiento obligatorio (cuarentena). Todo empezó desde el 11 de marzo de 2020, cuando la OMS (Organización Mundial de la Salud) calificó el brote del Covid-19 como una pandemia mundial por tratarse de una enfermedad que se ha presentado en más de 100 países y cada día el rumor era más fuerte sobre su llegada en Perú y algunas personas ya se cubrieran con el tapabocas, quienes no tardaron de ser criticados y víctimas de los más crueles memes por “exagerados”, y es que aún nadie se veía venir una situación inesperada.
El mismo 11 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud, publicó el Decreto Supremo N° 008-2020-SA que declaró Emergencia Sanitaria a nivel Nacional por el plazo de 90 días calendario y dentro de las disposiciones que establecía dicho Decreto Supremo, se preveía la posterior publicación de un Plan de Acción y la relación de bienes y servicios requeridos para enfrentar la Emergencia Sanitaria, debíamos estar preparados y con el Decreto de Urgencia N° 026-2020 y el Decreto Supremo N° 044-2020-PCM-, los cuales declararon el Estado de Emergencia Nacional y dispusieron el aislamiento social obligatorio de los ciudadanos, en el mismo que dispusieron únicamente la circulación para la prestación y/o acceso a los bienes y/o servicios esenciales tales como alimentos, medicinas, combustible, mascarillas, ropa hospitalaria, alcohol, etc. Esto fue un boom para todos los peruanos y extranjeros.
Sin estar preparados para vivir una situación tan difícil, siempre nos ingeniamos para sacar provecho de las circunstancias en la que nos encontramos, para este caso los Mypes dieron un vistazo a todos los Decretos aprobados y era el momento de reinventarse alejándose de la informalidad, la cual hoy en día es difícil de combatir ante tanta necesidad; y, al reinventarse agregaron a sus rubros otros bienes y servicios para contrarrestar el COVID – 19, tales como mascarillas, alcohol líquido, alcohol gel, pruebas moleculares o rápidas, protector facial, etc.
Por otro lado, los contratistas cuyo contratos en ejecución, se encontraban preocupados a tal punto de desafiar al estrés masivo, debido a la incertidumbre del futuro de sus contratos frente a la aplicación de penalidades, a la reducción de personal de planta, a la ejecución de sus cartas fianza, etc., toda vez que la movilización solo era posible si su prestación está relacionado con las actividades autorizadas, para ello, se recomienda a todos los proveedores del Estado y público en general a estar informados y, a revisar de forma diaria la página del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado –OSCE y los comunicados que publica el Ministerio de Economía y Finanzas – MEF, ya que nos mantiene al día y resuelve nuestras inquietudes.