Por: Enrique Rivera Salas     

Iniciamos este homenaje diciendo que “Los seres grandes no mueren cuando dejan de existir, sino cuando se les olvida”. Aún más, el Dr. Francisco Velarde Herrera es uno de los hombres más destacados del siglo XX en la provincia de Islay. Por eso, rindo este homenaje póstumo a quien, habiendo llegado a nuestra tierra, dio todo por la salud de los mollendinos, su cultura y su educación. Fue, además, alcalde provincial y, en sus últimos días, sintió la satisfacción de haber vivido y de haber dejado lo mejor de sí en Mollendo.

Mateo Francisco Velarde Herrera nació en el distrito de Miraflores, Arequipa, el 19 de septiembre de 1899. Sus padres fueron Timoteo Velarde y María Herrera. Se casó con la dama mollendina María Dorich Torres, fundadora del antiguo asilo de ancianos.

Realizó sus estudios en el Colegio Independencia Americana de Arequipa. Luego continuó su formación en Lima y posteriormente en Madrid, España. Obtuvo una beca del gobierno español, otorgada a estudiantes latinoamericanos.

En 1924 viajó a Francia para cursar estudios de posgrado, especializándose en microbiología y salud pública. Posteriormente, obtuvo el doctorado en Medicina Colonial en la Universidad de La Sorbona, en París.

Llegó a Mollendo y, recién en 1931, fue nombrado médico auxiliar “ad honorem”. En 1935 lo designaron médico sanitario del puerto y la Beneficencia, además de médico titular del hospital El Carmen.

El Dr. Francisco Velarde era un gran amante de la historia de Mollendo y de la provincia de Islay. Formó un binomio con el Dr. Manuel de Torres Muñoz y escribió en la Revista Mollendo. Publicó un importante trabajo titulado Sinopsis histórica de Islay y Mollendo y también el libro El derrotero histórico de Islay y Mollendo, auspiciado por la Marina de Guerra del Perú.

En 1959 asumió la alcaldía. Durante su gestión, inauguró la estación de Radio Mollendo. En 1960, con motivo de las bodas del padre Castro, le impuso una medalla en reconocimiento a su fecunda labor pastoral. También publicó el Boletín Baca Flor, del cual se editaron 36 números. Escribió sobre la cronología del distrito de Punta de Bombón, organizó la biblioteca de esa localidad y gestionó la construcción de un monumento en honor al Deán Valdivia. Además, fue gestor de la creación de la Asociación Médica de Islay en coordinación con la Asociación Médica de Arequipa.

El 1 de octubre de 1961 fundó dicha asociación y ese mismo año fue nombrado presidente de la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo. También entregó al municipio la galería de alcaldes que tuvo Mollendo.

Fue considerado uno de los grandes hombres del siglo XX en la provincia de Islay, junto al «Tata» Juan B. Arenas, el padre Alfonso Castro, Manuel de Torres Muñoz, Carlos Cuba Valdivia, entre otros.

Falleció en Lima el 23 de febrero de 1994, a los 94 años. Siguiendo su voluntad, sus restos descansan para siempre en el mausoleo familiar del Cementerio General de Mollendo, deseo cumplido por su hija Ruth y sus nietos.

Recordamos que su atención médica era generosa. Aun sin tener un centro de salud propio, la gente acudía a él requiriendo sus servicios.

La Municipalidad Provincial de Islay debería dar su nombre a una calle, plaza, escuela o colegio, como justo reconocimiento a su valioso aporte cultural e histórico para nuestra provincia.

Y para cerrar este homenaje, recordemos las palabras del Dr. Francisco Velarde: «Confieso que he vivido».