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Estudiantes de quinto de secundaria no ocupan 15% de vacantes de la UNAM 2022-1

POR: POST.DR. PHD. JAVIER PEDRO FLORES AROCUTIPA   

Dos exámenes de admisión se llevaron a cabo en el año 2022 en la Universidad Nacional de Moquegua (UNAM). La semana pasada se señaló que en el segundo examen postularon 1490 jóvenes (en el examen ordinario) y de ellos solo ingresaron 156. Entonces 114 vacantes no fueron cubiertas. También se deduce que por cada 10 postulantes ingresó uno. (2022-2).

Se observó que de 270 vacantes que se ofertaron en la convocatoria 2022-2 en la UNAM las vacantes que fueron ocupadas suman 156 que significa el 58% y las vacantes no cubiertas representa el 42%.

La opinión fue que hay debilidades en América Latina y el mundo en la formación de los últimos dos años (2020-2021) y son los adolescentes quienes están pagando la factura de gobiernos regionales y locales que conocen muy poco sobre esta realidad. Se ratifica que se requieren respuestas urgentes.

ANÁLISIS DEL PROCESO DE ADMISIÓN 2022-I

Gracias a la colaboración de Palomino Aquino Luis, Ramos Mamani Vladimir, Rivera Juárez Luis Enrique, Romero Rodríguez Jhon, Salvador Armas Juan, se señala que, resulta alarmante lo que paso en el proceso de admisión 2022-I en la UNAM, fueron 49 vacantes que no se cubrieron.

Todo indicaría que fue el resultado por el rendimiento académico inadecuado de los postulantes. Es importante saber que los postulantes en ese concurso de admisión fueron 4132 estudiantes aspirantes a las distintas carreras profesionales que oferto la casa superior de estudios en comparación de años anteriores. Cualquiera podía suponer que por el número enorme de postulantes todas las vacantes serian ocupadas. Mas eso no ocurrió y se quedó en stand by 49 vacantes.

Se puede verificar que, con la creación de la nueva carrera de Medicina Humana, se tuvo una mayor cantidad de postulantes, muchos de estos para la carrera recién creada tanto así que por Resolución de Comisión Organizadora (N° 189-2022-UNAM, 2022) se aprobó la ampliación de vacantes, sin embargo, las vacantes de algunas carreras profesionales como es el caso de la escuela profesional de Ingeniería Agroindustrial e Ingeniería Pesquera no fueron cubiertas por completo. Indicando que estas carreras no son muy atractivas para los postulantes que optan por formarse en esta universidad.

Se observa, además, que en la Escuela Profesional de Ingeniería de Minas sede Ichuña, tampoco se pudo cubrir las vacantes ofertadas, de los 19 postulantes a esta escuela en la sede Ichuña solo ingresaron 2. Es motivo para repensar el nivel educativo de Educación Básica Regular (EBR) en zonas rurales.

CONCLUSIÓN

En el 2022-1 fueron 281 estudiantes de la región que ingresaron a una escuela profesional, no obstante, 49 vacantes de las carreras ofertadas no fueron cubiertas siendo Ilo la provincia con más número para la carrera profesional de Ingeniería Pesquera (27) seguido de General Sánchez Cerro para Ingeniería de Minas (13) y Mariscal Nieto para Ingeniería Agroindustrial (9).

En el 2022-2 fueron 270 vacantes y se cubrieron 156 y dejaron en stand by 114. Se podría concluir que en el año 2022 se quedaron 163 vacantes sin cubrir. ¿lo mismo ocurrió en el 2021, y el 2020?, eso se debe investigar.

Frente a la débil formación en EBR, debilitada por la pandemia y las vacantes no cubiertas en la UNAM, debe quedar sentado que la economía de mercado de las “academias” aparece. Este es otro costo que los padres de familia deben abonar.  Lo cual encarece la formación profesional en la región para los segmentos C, D, E que frente a esta realidad sus posibilidades son mínimas.

Desde la perspectiva de largo plazo los jóvenes como capital humano que no tienen la oportunidad de darse valor agregado en ellos disminuirá la productividad futura, por lo que las pérdidas de aprendizaje de hoy tendrán repercusiones en la generación de ingresos futuros de los individuos y sus familias.


(Galor & Zeira, 1993; Stiglitz, 2012; Psacharopoulos et al., 2020) (Apoyo consultoría). Y este impacto negativo es aún mayor para los hogares menos favorecidos (Stiglitz, 2012, Banco Mundial, 2016).

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