POR: JULIO FAILOC RIVAS
Al 100% del conteo de votos de la ONPE el profesor Pedro Castillo ha ganado por casi 50 mil votos. Quien no entienda que el triunfo de Castillo revela una fractura y deuda social histórica que tiene el país con los más pobres se va a quedar con la idea de que en el Perú los comunistas ganaron las elecciones.
Los grupos de poder entendieron mal el eslogan de Castillo en campaña y “No más pobres en un país rico” lo tradujeron como “No más ricos en un país pobre”. Es decir, creyeron que el plan de Castillo y Cerrón era acabar con los ricos, es decir, que les expropiarían los medios de producción para pasarlos al control del Estado. De hecho, también los asustó el ideario de Cerrón que estoy seguro de que, si éste hubiera sospechado que iba a pasar a la segunda vuelta, jamás lo hubiera colgado en la página del Jurado Nacional de Elecciones.
Con esta creencia, los poderes facticos pusieron en marcha un plan siniestro para demolición de la candidatura de Pedro Castillo. Lo escrutaron hasta la saciedad sin encontrarle nada, razón por la cual tomaron la decisión de centrar su campaña en contra de Cerrón y al profesor lo vincularon con MOVADEF para terruquear todo lo que decía o proponía.
Alinearon medios de comunicación televisiva, radial y escrita, partidos políticos, encuestadoras, futbolistas y farándula “para salvar la democracia de los comunistas” e incluso, en las redes sociales, vincularon al profesor con sendero luminoso. Nada más falso, no solo porque el profesor Castillo nunca militó en algún partido de izquierda, sino porque desde muy temprana edad fue un cristiano convicto y confeso, alejado del dogma marxista leninista, pero muy pegado a la justicia social y a la reivindicación de los que menos tienen. Adicionalmente apelaron a la discriminación racial, por la forma como se comunicaba, sin entender que para una persona bilingüe es difícil de manejar el Castellano –habría que recordar cómo le iba a don Alberto cuando debatía con el premio nobel, hoy socios en campaña “contra los comunistas” — y es digno que en nuestro Perú haya interlocutores bilingües.
Pero como siempre, estos poderes fracasaron una vez más en el intento, como lo hicieron cuando apoyaron a Vargas Llosa y el Fujimori del año 2000 –que para ganar tuvo que hacer fraude– y a Keiko tres veces quebrantado ese dicho que reza “A la tercera va la vencida”. Los poderes facticos en lugar de demoler la candidatura de sus adversarios, terminan favoreciéndolos, porque cuando la voluntad popular siente que quieren torcerla, se releva… ¿habrán aprendido la lección esta vez?
Los poderes terminaron de hacer de Castillo al maestro presidente. Jamás se imaginaron hacer del rondero, de un profesor de primaria, de un campesino que come lo que siembra, un maestro presidente. Si, un maestro presidente, que nos dio cátedra de humildad y sabiduría de lo que quiere y siente el pueblo que ya no puede más, y que ingenuamente ha empeñado su palabra de que no habrá más pobres en un país rico.
Hoy he visto en él a un hermano campesino triste y pensativo. Él nos ha enseñado a amar la rosa y la justicia, la justicia y la luz. Con el tiempo aprenderá a hacer con el verso transfusiones de sangre, y en esta hora de la patria, en la que a unos les roban lo que a otros les falta, la patria le ha hecho justicia con su voto. Hoy con su humildad, el profesor Pedro Castillo, como peruanos nos ha dado de sobra esa dignidad que tanto nos hace falta…