POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA)
Este el título de una película de Netflix basado en el Libro «Lava jato: el juez Sergio Moro y los bastidores de la operación que sacudió a Brasil» que se refiere al mayor caso de corrupción descubierto en el país carioca denominado “Lava jato” que significa lavado de autos como sinónimo de lavado de dinero. Fuera de las ficciones propias del cine, se trasluce la red entre las grandes corporaciones empresariales que sobornaban a los altos funcionarios, partidos políticos y candidatos a presidentes del Brasil para ser favorecidos indebidamente con millonarios contratos en las construcciones. La red se extendió en todo Latinoamérica y en particular en nuestro país que corrompió a todos las instituciones públicas.
“… tres tipos de interacciones caracterizan la operación del mecanismo o estructura ¨Lava Jato Perú¨: (i) la colusión entre empresas brasileñas y funcionarios públicos peruanos para obtener contratos de obra pública de manera irregular, (ii) las estrategias empleadas por las empresas brasileñas para distribuir el dinero de los sobornos pagados a los funcionarios, (iii) estrategias de los partidos políticos para dar apariencia de legalidad del dinero mal habido (proetica.org.pe).
El “mecanismo” de favores se extendió en todos los niveles de la sociedad de manera permanente de tal manera que se la concebía como una normalidad cotidiana. Como consecuencia la sociedad se hastiaba, renegaba de la clase política, de la avaricia de los empresarios y delincuentes de corbata. En el país, región o localidad las distancias entre los opulentos y los pobres era cada día más grande, “el mecanismo” de la corrupción expandía, “si roba el grande, también lo hacia el pequeño” y por lo tanto los asaltos, feminicidios, asesinatos, tráficos de drogas, aparición de mafias coludidas con algunos jueces que proliferaban.
Es larga la historia del pago de coimas al funcionario público por la adjudicación de obras. En el gobierno de Leguía los grandes ingresos por la exportación del guano se desaparecieron en obras públicas para pagar los sobornos. Durante el gobierno de Fujimori la corrupción se enquisto en el Estado sometiéndolo a una mafia que allano posteriormente la llegada de la plaga de Odebrecht y el Club de la Construcción.
Estamos frente al reto de eliminar la corrupción porque se el 4% de nuestra producción se pierde por este mal, porque tenemos más de 33 mil procesados por casos de corrupción y que este flagelo ha desplazado a la delincuencia como principal problema. Construir un país alturado, limpio, sano, con cero corrupciones y con ciudadanos honestos es la tarea del próximo gobierno. No más presidentes enjuiciados por casos de corrupción.