En un reciente operativo de vigilancia sanitaria, se ha descubierto que varios restaurantes y pollerías siguen utilizando lechuga en sus preparaciones, a pesar de la prohibición establecida por una resolución ministerial. La medida fue tomada debido a la presencia de bacterias peligrosas en esta verdura, como coliformes fecales y salmonela.
El MVZ Javier Zanabria, jefe del Área de Vigilancia Sanitaria de la Municipalidad Provincial de Mariscal Nieto (MPMN), informó que la lechuga ha sido suspendida para la preparación de alimentos debido a los riesgos sanitarios que conlleva. Según Zanabria, la contaminación ocurre porque los agricultores a menudo riegan sus cultivos con agua contaminada. En la región, desde La Bodeguilla hacia la parte baja del valle, se observan vertimientos de aguas residuales que afectan directamente a la lechuga y a otras verduras.
Zanabria expresó su preocupación por la falta de acción de las entidades encargadas de la protección ambiental, como el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y el Ministerio de Salud. Señaló que la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Omo rebalsa diariamente, contribuyendo al problema.
El objetivo de la medida es salvaguardar la salud pública, por lo que se hace un llamado a los comerciantes para que tomen conciencia y dejen de vender lechuga en las ensaladas y otros platos.