POR: PHD. ING. AVID ROMAN-GONZALEZ
La ciencia ha dejado de ser un terreno exclusivo de los investigadores. Hoy, cualquier persona —sin importar su formación académica— puede contribuir activamente al desarrollo del conocimiento científico. A eso se le llama Ciencia Ciudadana. La ciudadanía ya no es solo observadora de la ciencia, ahora es protagonista.
La Ciencia Ciudadana consiste en la participación voluntaria de personas comunes en proyectos de investigación científica, mediante la recolección de datos, el monitoreo ambiental, la observación de fenómenos naturales o la propuesta de soluciones a problemas locales. Este enfoque ha demostrado no solo enriquecer los estudios con información en tiempo real, sino también fortalecer la relación entre la ciencia y la sociedad.
En el Perú, ya se vienen desarrollando diversas iniciativas que incorporan a la población en procesos científicos. Algunos ejemplos incluyen el avistamiento y monitoreo de aves, la vigilancia de la calidad del agua con sensores accesibles, y el uso de aplicaciones móviles para reportar desastres naturales y sus impactos en las comunidades.
Estas experiencias están democratizando el acceso al conocimiento, promoviendo una ciencia más inclusiva, participativa y alineada con las necesidades reales de la población. Además, la Ciencia Ciudadana impulsa el pensamiento crítico, motiva el interés por carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), y promueve valores como la corresponsabilidad, la participación activa y el compromiso con la sostenibilidad.
En un contexto global donde la confianza en la ciencia es más necesaria que nunca, la Ciencia Ciudadana se presenta como un puente vital entre el saber y el hacer, entre el laboratorio y la calle, entre el dato y la acción.