Por: Enrique Rivera Salas
El asilo para ancianos “Santa Luisa de Marillac” se creó el 15 de agosto de 1933 por la Orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, ha cumplido 91 años de una obra de amor.
Fue iniciativa de sor Luisa Barreda Ocampo y de cinco jóvenes a quienes llamaban “Las Luisitas” y que se encargaban de sus cuidados. Siendo el principal objetivo en brindar apoyo moral y espiritual a los abandonados por sus familias.
Los servicios que ofrecen van desde un techo para vivir, vestuario, alimentación, atención médica, fisioterapia, entre otros.
Actualmente se cuenta con casi 20 ancianitos, quienes están al cuidado de sor Rosa Aguilar.
Es menester señalar que el asilo se solventa gracias al presupuesto de la Orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, de donaciones y de empresas que brindan su apoyo voluntario.
También tenemos conocimiento que anteriormente se hicieron ciertas obras en el local ubicado en la calle Luis Bouroncle 211 del asilo de propiedad de la Orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.
Pero la construcción y reformas que se hicieron demandaron fuertes presupuestos que fueron superados por la generosidad de instituciones de la localidad, de las donaciones extranjeras de las Hijas de la Caridad, donación de los sacerdotes, aporte generoso de “Luisitas”: grupos vicentinos y personas identificadas con el carisma vicentino.
Las obras en su construcción moderna fueron por gestión personal y entusiasmo de sor Angelica Fonseca y sor Odila Habare Kamneirlander venida de Austria. Llegó a Mollendo el 10 de marzo de 1982, es misionera, siendo su servicio de entrega y abnegación al cuidado de los ancianos, ganándose el cariño y respeto de los mollendinos.
Finalmente señalar que sor Myrian Torres Aguirre es la superiora de la Comunidad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.
