POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)
A la crisis sanitaria, económica y social se suma, determinantemente, la incertidumbre política. Ella se expresa en dudas, bajas expectativas y pronósticos de lo que será la gestión pública del actual gobernante.
Esta situación no empezó recién, se acentuó con las elecciones presidenciales en la que los candidatos no gozaban de la confianza del electorado. La clase política desprestigiada por su involucramiento en la corrupción y el mal gobierno volvió a la población en apolítica, no quería saber nada de ella, deseaba nuevas caras y cambios sustanciales porque de debatía entre sus bajos ingresos y el desempleo.
La segunda rueda electoral agrietó más la incertidumbre pues por un lado estaba la involucrada en casos de corrupción en el otro emergió un maestro que apostaba por el cambio pero que en realidad era desconocido, sembraba el cambio y al mismo tiempo incógnitas. Se agrega los estereotipos, difamaciones y desconocimiento de los resultados electorales para acrecentar la incertidumbre política que se ha reflejado con fuerte impacto en la economía.
El dólar ha comenzado a dispararse y los precios de los alimentos se han elevado. Catorce mil millones de dólares salieron del país por la etiqueta por parte de la derecha bruta y achorada (dba) le atribuyeran al gobierno de Pedro Castillo, en el sentido que este embargaría las cuentas bancarias en dólares y se apropiaría de los bienes inmuebles.
La difusión irresponsable del mensaje, puso nerviosos a los que tienen ahorros y capitales, primero, convirtieron los soles a la moneda extranjero y después abrieron cuentas en los bancos norteamericanos principalmente.
Por esta situación el tipo de cambio por primera vez en la historia ha superado los cuatro soles y un segundo efecto ha sido y es la elevación de los precios.
Sobre lo primero, en julio del 2020 el tipo de cambio de soles por dólar estuvo en S/.3.52 y en Julio de 2021 está en 4.02 en promedio (Véase Cuadro N° 1).
Sobre lo segundo, con los productos básicos y necesarios que compramos en el extranjero. Importamos trigo que es materia prima para el pan, importamos maíz que es insumo para los pollos, importamos petróleo que combustible para los vehículos, importamos maquinarias que se utilizan en la producción. La inflación de los precios sufre un ascenso paulatino ante una desmembrada economía familiar.
El mensaje presidencial fue claro y oportuno, desmitificó las acusaciones de expropiador y estatista. Explicó la voluntad de realizar cambios que signifiquen igualdad de oportunidades y mayor captación de ingresos para el Estado a través del cambio constitucional sin salirse del actual marco legal. Sugirió la búsqueda de consensos entre los partidos políticos, los gobernantes y alcaldes del país.
Las aguas se aquietaron y se avizoraba dotarse de ministros calificados por su compromiso popular y de esta manera dejar sin argumentos a los que siempre serán sus enemigos políticos hoy asentados en el curul del Congreso de la República.
El capítulo siguiente era atender lo urgente y más urgente: masificar al 100% la vacunación, comenzar a reactivar la economía y dejar que la política deje de ser de confrontación y si de construcción. Volver a ganar la confianza en el país.
Sin embargo, ocurre lo que ocurrió, ministros de Economía y Justicia que no juramentaron, un Premier (Guido Bellido) que no consensa, por el contrario, polariza por sus expresiones no determinantes con Sendero Luminoso, además calificado por ser homofóbico, misógino. Nuevamente la grieta de la irracionalidad campea y la dba encuentra nuevos argumentos para amenazar con traerse a todos los ministros juramentados.
El país no aguanta tanto descredito político. El presidente puede haberse equivocado al nombrar al premier, o no le quedaba otra que aceptar el nombre propuesto por el partido de gobierno y evitar la división en este, en fin. También quepa la posibilidad que lo que dicen que dijo el Premier no sea cierto o simplemente lo expreso cuando era joven. Total, le ocurrió a Vargas Llosa cuando era comunista, al presidente Mujica cuando era guerrillero.
Lo que debe primar en la actual coyuntura es la búsqueda de concesos para gobernar, juntar y juntar a los que quieren embarcarse en la ruta del cambio a partir del mensaje presidencial.
