EDWINADRIAZOLA FLORES
eadriazola@yahoo.com
Mis amigos, me han enviado un post en el que afirman que con un referéndum se inició la dictadura chavista, tratando burdamente de comparar a Chávez con el referéndum de este domingo. Entiendo su intensión, pero veamos qué tenemos aquí. En realidad, Chávez convocó a una primera consulta y le fue mal: en el referéndum del 2007 el 50,7% le dijo que no. Solo cuando avanzó en el control de los mecanismos del poder pudo en el 2009 aprobar mediante referéndum la figura de la reelección inmediata (54,86%)
En Bolivia Evo Morales convocó a un referéndum para aprobar la reelección inmediata del mandatario en febrero del 2016. ¿
Inglaterra recurrió al mismo procedimiento para decidir su permanencia en la UE. El 67% respondió NO. Cataluña mediante este mismo procedimiento le dijo SI a la independencia. En este caso el procedimiento fue observado por irregularidades y perdió todo legalidad.
En el caso peruano, Leguía (1919) convocó a un referéndum para aprobar las reformas constitucionales que prepararon el camino para sus reelecciones. En 1939 la consulta de Benavides permitió aprobar las reformas constitucionales. Recordemos que Benavides, que estaba prohibido de gobernar por la Constitución, amplió su mandato a ocho años.
En 1993 Fujimori convocó a referéndum para aprobar la Constitución del mismo año y que nació de un autogolpe. El SI (52%) le dio la posibilidad de reelegirse, incluso, recordemos, con una «interpretación auténtica».
El 2010 Toledo propuso un referéndum para consultar la devolución de los aportes del FONAVI; aunque la propuesta fue rechazada por el JNE, el TC le dio luz verde: el 66% dijo SI.
Como vemos, el referéndum en un mecanismo democrático que funciona. Que algunos lo hayan utilizado para perpetuarse en el poder y hacer un abuso de él, no le quita legitimidad al que asistiremos este domingo.
Total, la teoría del control de estado, de la implementación de la ideología de género, de la alianza caviar, de la manipulación del Poder Judicial, de la pataleta del gobierno, se me hace tan endeble como aquella de la «persecución política» de la que, a propósito, nadie habla ya desde esta semana.
Vamos a votar este domingo. Pensemos bien antes de votar. No caigamos en la desinformación. La justicia está cambiando. No le pongamos una zancadilla.